viernes, 7 de octubre de 2011

+Cine

Tengo comprobado que no hay ningún parámetro que me asegure que me va a gustar una película. Ni la fama del director, ni la presencia de actores consagrados, ni escritos a favor o en contra realizados por críticos de cine, ni siquiera recomendaciones de amigos.
Decido ir a ver una película por la razón que sea, y maldigo o alabo mi suerte por haberla elegido según cómo salgo del cine. Es decir, me responsabilizo totalmente de lo que veo y actúo en consecuencia, sin perjudicar a nadie.
Después, eso sí, leo diversas críticas para profundizar en detalles que se me han podido pasar por alto y ver otros puntos de vista.
Ha coincidido que en algunas de las últimas que he visto, los espectadores están divididos radicalmente en los defensores entusiastas a los que les ha encantado la película, y los desengañados, irreconciliables o abiertamente hostiles a la misma. Los primeros suelen "argumentar" que los segundos no la han entendido, y muchas veces éstos no tienen argumentos ante lo que sencillamente no les ha conmovido.

Ni soy crítica de cine, ni entiendo, ni lo pretendo. Por lo tanto tampoco hago un análisis exhaustivo, ni desde el punto de vista cinematográfico, ni conceptual, estético o moral. Simplemente soy aficionada a ver películas y como espectadora tengo mis gustos que, naturalmente, se entrelazan con mi personalidad, biografía, conocimientos y estado de ánimo.

Dicho esto, voy a comentar brevemente las últimas películas que he visto en los últimos dos meses, como siempre dando MI opinión y en la medida de lo posible MIS argumentos de porqué me han gustado o no.
El orden es cronológico según las he visto:

Un cuento chino (Sebastián Borensztein, Argentina 2011).
La (omni)presencia de Ricardo Darín no fue suficiente para que la película no me aburriese soberanamente. No le encontré la gracia que algunos aseguran que tiene. Como no suelo irme del cine a media película (siempre esperando la redención...), tuve que buscarme otro entretenimiento para pasar el rato, así que no me acuerdo demasiado de ella.

El hombre de al lado (Mariano Gohn y Gastón Duprat, Argentina 2009) (Fotograma de la entrada).
Me encantó, especialmente al salir y meditarla un poco. Un publicista snob respetado, capaz de las más retorcidas artimañas para conseguir sus fines, incluso de cometer atrocidades, enfrentado por una antiestética e indiscreta ventana a un matón vulgar y grosero que resulta tener mejor fondo. Original y de buena factura, como el cine argentino que tanto me gusta.

La piel que habito (Pedro Almodóvar, España 2011).
No me gustó nada, no me removió ni un pelo ni se me contrajo una sola fibra cardíaca. A mi parecer, película pretenciosa y sin embargo hueca. Ni siquiera el personaje más esperpéntico que sale en la cinta me parece "almodovariano". Una decepción, porque me gusta Almodóvar. Tiene algún momento divertido, como el de los dos jóvenes enumerándose los fármacos que toman, ambos sin saber que el otro lo hace por motivos distintos a los suyos.

La deuda (The debt. John Madden, EEUU 2011).
A pesar de alguna incongruencia al final de la película, y de un maquillaje para avejentar espantoso, me gustó bastante. Entretenida y digna.

El árbol de la vida (The tree of life. Terrence Malick, EEUU 2011).
Me pareció una tomadura de pelo. Tres cuartos de hora con un desfile de imágenes a lo National Geographic creo que es un relleno excesivo para una película que se cuenta en menos de una hora. La trascendencia, belleza, espiritualidad y mensaje que se argumentan en su defensa a mí me parece insufrible. Me parece muy bien que el director quiera expulsar sus demonios particulares con una película, pero que no nos la vendan como obra de arte.
Y me ofende que me insinúen que no me gusta porque no la entiendo.

Unos multicines de un centro comercial cambiaban la entrada por otra a los espectadores a quienes no gustaba y salían en la primera media hora, explicándoles, eso sí, que la película es compleja y que se tenía que ver con cierta filosofía (!!!).

No habrá paz para los malvados (Enrique Urbizu, España 2011).
Para mí, cine negro español que no tiene nada que envidiar al mejor del género. Una película magistral, bien rodada, con un Coronado en estado de gracia que se confunde con el personaje. Actual, bien hilada, sin concesiones. ¡Ah! Y a mí me parece que la actriz que hace de jueza Chacón, Helena Miquel, también está estupenda y creíble. Salí entusiasmada del cine.

domingo, 2 de octubre de 2011

El límite exacto de la estupidez

Leo en La Vanguardia digital una entrevista a Iolanda Batallé, por la publicación de su segundo libro. No he leído el primero, La memoria de las hormigas, por el que obtuvo el premio Nuevo Talento FNAC 2009 (si ningún premio me parece garantía de nada, éste aún menos), del que vendió 4000 ejemplares (se publicó en catalán), y que este año se ha editado en castellano. Y, desde luego, no pienso leer el segundo, El límite exacto de nuestros cuerpos, que se publica en catalán y en castellano a la vez.
De entrada el título ya no me atrae, entreveo en él contradicción y a la vez gancho fácil de libro de autoayuda (cosa que, por otro lado, no pretende ser): Si realmente se refiere al cuerpo, el límite exacto es nuestra piel. Si está hablando de su superación, con ejercicios, dietas, prótesis y demás, no hay ningún límite exacto. Pero es que no está hablando en realidad del cuerpo, sino del alma, o del espíritu, o de la mente; en cualquier caso, de algo no tangible que pretende identificar con el deseo.
La entrevista no tiene desperdicio. Os pondría simplemente el enlace y ya está, pero no me resisto a comentarla. ¿Se puede decir menos con más palabras? ¿Se pueden decir más tonterías por centímetro cuadrado?

Iba a reproducir sólo una parte, pero es que no sé por dónde cortar, así es que está entera. Entre paréntesis y en rojo, mis comentarios. Ahí va:

El límite exacto de nuestros cuerpos... ¿Cuál es este límite? 
¡Buena pregunta! (Además de original e inesperada) El límite exacto de nuestros cuerpos diría que es el límite de nuestros deseos, y nuestros deseos no tienen límite (no hay más que hablar, el inicio y el final del libro están contenidos en el título).

...¿Entonces es ilimitado?
O no (depende... ¿de qué depende?), depende de los deseos de cada uno (Así que hay deseos con límite y deseos sin límite... profundo, sí señor). No, coñas aparte. Este límite es lo que quiero investigar con este libro (¿Un libro de investigación?). No deseos entendidos como ser amados o amar, sino deseos de supervivencia (???).

¿En qué te has inspirado para crear estas historias?
En todo y en nada (Se puede decir más alto, pero no más claro, todo está abarcado). Depende (de nuevo, es que todo es taaaaan relativo...) de cada historia.

...¿En la vida real?
No, hay muchas historias que no son en absoluto de la vida real... o sí... (Es la mejor manera de quedar bien, ni sí ni no, sino todo lo contrario, o sí y no, más todo lo contrario) igual veo algo en la calle, o escucho a alguien, o me explican alguna historia y la convierto. Por ejemplo, la historia de "Un amor de verdad", yo siempre compro los tomates a un payés y me fascina su relación con los tomates. Y a partir de aquí surge la historia. Y como ésta, cada una (no comments).

A pesar de ser pequeñas historias independientes, ¿qué tienen en común?
Pues precisamente este deseo, pero deseo entendido de una manera muy amplia. El libro está divido en dos partes separadas de forma diferenciada: la primera tiene que ver con el deseo de ser amado, de amar, aparentemente más frívola; en cambio la segunda parte es mucho más crítica, mucho más dura. De alguna manera se ha establecido voluntariamente para que una potencie la otra (sé de mis limitaciones, pero que alguien me lo explique, please, que no he entendido nada).

¿Con qué parte te identificas más?
Como autora yo me identifico mucho más con la segunda parte (¿La parte crítica y dura que todavía no sé de qué va?), pero la primera tiene una voluntad de mostrar lo que vivimos todo en nuestro día a día (¿esa es la parte frívola?). Estamos desayunando, leemos la prensa, leemos cualquier guerra y estamos como anestesiados... y la primera parte tiene algo de esto, de esta aparente frivolidad que no lo es (Creo que me he perdido algo, o la perdida es ella).

¿El deseo sexual es eterno o, como pasa en la historia de la "La chica y la seta", tiene fecha de caducidad?
Para estos cuentos, el deseo sí que tiene fecha de caducidad. Pero si vas más allá, pienso: "qué es el deseo relacionado con el amor?". Y me digo: "El amor es el hábito del deseo" (¿Comprende la filosofía?). Por lo tanto, ¿el deseo desaparece? No lo sé, depende de cada persona, de cada relación. Pero también creo que el deseo puede mutar en otros estados, y creo que la mutación más natural del deseo es el amor, convertido en este hábito del deseo (¿Contradicción con el título del libro? A mí no me ha quedado claro si el deseo caduca, o sólo en estos cuentos, o depende de la persona, o si se transforma, como la energía. Para no decir nada, bonita, cállate la boca).

¿Los lectores se pueden sentir identificados con estos personajes?
Cuando escribes sí que hay una voluntad para que el lector se sienta identificado con uno o varios personajes. Pero no es tan consciente (¿Voluntad inconsciente?). Crear personajes es lo que más me gusta, sobre todo, los secundarios. Por ejemplo, el personaje de El cojo, en el cuento de "El consolador, la Mari y el cojo", es un señor que llega a una zapatería del pueblo porque quiere un mocasín, pero sólo uno porque es cojo, y la Mari le advierte que se pueden pasar media vida esperando para encontrar una persona que quiera el otro par, y el cojo le dice que quiere esperar... Este personaje me fascina. O también el personaje de la vigilante que observa a la madre y a la niña que miran durante horas este cuadro tan feo, en el cuento de "La Capel Family" (que es la historia central del libro y que le da sentido). Disfruto mucho imaginando estos personajes secundarios (¿Queda contestada tu pregunta?).

¿Es difícil llegar a conseguir la vida que nos gustaría vivir?
Sí, pero es como si la sociedad actual nos obligara a ser felices... y tampoco es esto (no problem, con los recortes, este tema está zanjado). No hay que ser nada, hay que SER (Hay que ser... ¿tonto?).

¿Qué consejo nos daría a todas las personas para aprovechar felizmente nuestra existencia?
Respirar y sonreír ante cualquier situación (sobretodo, respirar, no dejéis nunca de respirar, y profundamente, después de tanta estupidez junta).

Fin de la entrevista.

Para rematar, la portada del libro en catalán me ha recordado (por la tipología de letra) otro libro de una mujer (no me atrevo a poner "escritora" ni ningún otro apelativo, porque no sé lo que es) que me presentaron este verano, que tampoco hay por dónde cogerlo. Siendo un cuento ilustrado con muchos dibujos y casi nada de texto (eso sí, en castellano y en inglés, para hacer más bulto), fui incapaz de terminarlo. Pero es taaaaan cool...


lunes, 26 de septiembre de 2011

Educando en conceptos

Seguramente me gusta tanto Quino porque es casi tan pesimista como yo...



lunes, 22 de agosto de 2011

Hic est enim calix sanguinis mei

Yo tengo una teoría, no contrastada, sobre el alcohol. Cuando la cuento, me miran con cara extraña, cuando no se ríen directamente.
No he podido comprobarla porque en el trabajo de campo, la cohorte o serie es sólo de uno, es decir, yo.
Creo que el alcohol, además de eliminarse por el hígado y el riñón, se elimina también con las palabras.
Lo que he comprobado en mí: si tomo una copa de alcohol sola, sea cerveza, vino o un combinado, directamente tengo que irme a dormir, de la cogorza que pillo. En cambio, si estoy acompañada, mi capacidad de aguante se multiplica por dos o por tres, y creo que es porque en compañía hablo y hablo, y voy depurando, mientras que si estoy sola, le dejo todo el trabajo a mis órganos internos y les cuesta más, con lo que llega al cerebro más cantidad y antes.

Me falta hacer el experimento de estar sola, beber, y hablar por los codos, aunque sea con las sillas, para discriminar si el efecto es realmente por mi perorata, o es por tener la atención distraída en otras cuestiones.

En estas trascendentes y sublimes elucubraciones me ha sumido la Jornada Mundial de la Juventud. Tan hondo me la calado la visita de su santísima, que no se si tirarme al tren, o al maquinista.
De momento, me he tomado una copa de vino y... pues eso, que me voy a echar un rato.

(Los que tenemos una edad y hemos estudiado latín, sabemos la traducción del título. Para los que no: Éste es el cáliz de mi sangre)

sábado, 23 de julio de 2011

Vacaciones



Me voy de vacaciones. Lo necesito.
El Pirineo me espera, y yo espero su silencio, su naturaleza, su tranquilidad. También su frío, lo acepto.
A ver si a la vuelta, con los depósitos llenos de paz, energía y entusiasmo, me pongo al día. Este año no quiero desaparecer ni perderme, sino reencontrarme.

viernes, 24 de junio de 2011

"Otros vendrán, que bueno me harán"

Lo mío con las asistentas no tiene nombre.

¿Quién me iba a decir a mí que iba a echar de menos a María? ¿Cómo es posible que añore su intrusión en la nevera o los armarios, su obsesión por organizar lo que nadie le había pedido, su costumbre de hacer desaparecer los objetos de la vista?
La sufrí casi en silencio, y no me atrevía a despedirla porque conocía su delicada situación económica. Pero me lo sirvió en bandeja cuando me comunicó que debía viajar a Bolivia por tres meses, y pretendía dejarme en su lugar a su hija. Aproveché la ocasión para deshacerme de ella.

Como no puedo estar sin ayuda doméstica, di voces para conseguir otra persona. La patóloga y patólogo que comparten conmigo despacho tienen en común la asistenta, una ucraniana de cincuenta y tantos, a quien le quedaba un día libre y buscaba trabajo, con lo que empezamos a compartir también la asistenta.

Zoya era la antítesis de María. Para limpiar, retiraba todo y luego lo volvía a dejar tal cual, fuesen papeles inservibles o el mantel puesto en la mesa, de manera que cuando yo llegaba a casa por la noche me costaba apreciar su paso. Me parecía que la virtud debía estar en el punto medio, pero al partir de la situación opuesta de la que tanto me había quejado, me aguantaba. Sin embargo, no quise que me pasara como con María, a quien le permitía casi todo, así que un día, tras haber comprobado que se había dejado el polvo por limpiar de algunos sitios, le dejé una nota advirtiéndoselo (a mi parecer de forma suave).
Mi sorpresa fue mayúscula cuando al llegar del trabajo me encontré que me había devuelto las llaves. Sin nota explicativa ni nada.

Casi inmediatamente, una compañera me recomendó a Francisca, otra boliviana, canguro de sus hijas, con la única advertencia de su extremada timidez. No me pareció un inconveniente, si acaso una virtud para la discreción.
Ha estado viniendo un día a la semana durante tres semanas. A la cuarta, a media faena lo plantó todo y huyó despavorida.
¿La causa? Vio a mi hijo Àlex (acaba de hacer 16 años)... ¡DESNUDO!
Cuando me llamó para decirme que no iba a volver nunca más a mi casa, no podía dar crédito. Le pregunté si es que se había metido con ella, si le había dicho o hecho algo... nada. Simplemente, no estaba acostumbrada a eso, y tenía MUCHO MIEDO!

Creo que Àlex se asustó más que ella. Suele dormir desnudo, y se levantó de la cama corriendo porque yo le llamé por teléfono, él no sabía que estaba Francisca y fue cuando ésta lo vio. Él se tapó con un cojín, pero al parecer ya era demasiado tarde...

sábado, 18 de junio de 2011

European Swing Dance Championships

Esto estaba pasando anoche en Barcelona:



domingo, 5 de junio de 2011

Al fin, ¡cine!

Últimamente voy poco al cine, demasiado poco. Por lo menos he tenido la suerte de que las últimas películas que he visto me han gustado mucho, probablemente por estar in the mood. Lo de "estar en el lugar adecuado en el momento justo" es crucial para valorar una película, y yo estaba, sin saberlo, a punto de caramelo para las que he ido a ver.

A priori no tenía ni idea de qué iban las cintas, lo que creo que me ha favorecido al no albergar ninguna expectativa. Espero no fastidiároslas a vosotros.

En un mundo mejor (Haevnen, Susanne Bier. Dinamarca 2010). Globo de oro y Oscar 2011 a la mejor película de habla no inglesa. El título en danés significa "venganza", y explora la naturaleza humana desde distintas perspectivas: los niños, la sociedad adulta, una ONG en África.
Ahonda en mi eterna pregunta existencial, si el hombre es malo por naturaleza o si la sociedad y la civilización lo vuelve, y si es necesario serlo para sobrevivir.
Los protagonistas son dos niños, Elias y Christian (que están bárbaros en su interpretación), el primero con los padres en proceso de separación y sufriendo bullying en la escuela, y el segundo recién huérfano de madre, que se erige en su protector. El padre de Elias es médico y reparte su tiempo entre su trabajo en el hospital de su ciudad y el que desempeña en un campo de refugiados en África. Representa a quien pone la otra mejilla ante las agresiones, ya sea en la la civilizada ciudad nórdica donde vive o en la crueldad que muestra el poderoso capitoste africano. El paradigma de "el que la hace la paga", en cambio, lo encarna Christian, a quien, a pesar de su corta edad, no le tiembla el pulso al planear la venganza que él considera justa.
La película tiene momentos muy duros y crueles, que yo creo que no son gratuitos sino que dan fuerza a la película. Por otro lado, el final es un poco complaciente.

Midnight in Paris (Midnight in Paris, Woody Allen. Estados Unidos, 2011). A pesar de no haberme gustado nada su película del año pasado, como incondicional de Allen no podía perderme ésta, y no me ha defraudado.
Igual que transportaba a Mia Farrow a su universo idealizado (el cinematográfico) en la película La rosa púrpura de El Cairo, aquí Woody Allen traslada al protagonista, un escritor inseguro a punto de casarse, a otra época, concretamente a los años 20, en la que conocerá y frecuentará a sus referentes del mundo de la literatura como Hemingway o Scott Fitzerald, la pintura como Picasso o Dalí, el cine e incluso el toreo. Y lo hace de una manera fácil, que hasta parece posible, en la ciudad que aglutinó los mejores artistas.
El retrato de los artistas que aparecen en la película es francamente tópico, pero eso no le resta ingenio, frescura ni interés al film, en el que se cuestiona otra sensación recurrente, la de que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Encarna al protagonista un actor habitual de comedias americanas, Owen Wilson, arropado por un cuadro de actores y actrices de primera fila. París se nos presenta como la ciudad turística que es, preciosista, carismática y fotogénica. Deliciosa Marion Cotillard.

Pequeñas mentiras sin importancia (Les petits mouchoirs, Guillaume Canet. Francia 2010). (En la imagen, los protagonistas)
Película coral que narra las relaciones de un grupo de amigos y las pequeñas (o no tanto) mentiras con las que se engañan a sí mismos y a los demás para sobrellevar la insatisfacción en el trabajo, la vida familiar, el sexo o la responsabilidad. Por fin el miedo al compromiso lo encarna una mujer (Marion Cotillard, que repite coprotagonismo).
La película arranca con el accidente de uno de ellos, justo antes de unas vacaciones que suelen pasar juntos desde hace años, en el apartamento que tiene en la playa el mejor situado económicamente de los amigos. A pesar de eso, deciden seguir adelante con las vacaciones. La confesión que hace uno del grupo al dueño de la casa marcará los acontecimientos que sucederán en la casa de la playa.
Me gustó mucho la construcción de los personajes y la naturalidad de sus defectos, que hace que sean cercanos, con los que te puedes identificar fácilmente. Humanos y entrañables, con el sentimiento de amistad por encima de los inevitables roces.
Un pero le tengo que poner a la película, que se hace un poco larga en los veinte o treinta minutos finales, excesivamente melodramáticos y para mí obviables.

martes, 31 de mayo de 2011

Aire acondicionado sin condiciones

En el colmo del despilfarro, el absurdo y el despropósito, he encendido el calefactor en mi despacho.

Hay una salida de aire que nunca descansa, sea la estación del año que sea, y que tengo en el techo, justo encima de mi nuca. En teoría, sale aire caliente en invierno y frío en verano. Sólo dos temperaturas, aunque haya cuatro estaciones. Y el punto de corte, tanto de la temperatura como del período, es ajeno a mi voluntad (bueno, como todo). Ya que no hay termostato, yo preferiría no tener aire de ningún tipo, y poder abrir el gran ventanal que tengo la suerte de tener en el despacho.

Ya no digo nada del ruido, sordo y constante como la lucha que cantaba Raimon (Jo vinc d'un silenci) que me molesta sobremanera, pero yo no puedo trabajar si tengo frío.

He avisado a mantenimiento montones de veces, pero no hay posibilidad de enmienda. No se puede controlar la salida de aire ni la temperatura individualmente por despachos. Como máximo, el ala montaña o el ala mar, lo que no quiere decir que en ellas la temperatura sea igual. La presencia de máquinas en los laboratorios hace que en éstos haga más calor, con lo que tienen que abrir las ventanas, aunque salga aire frío de las rejillas. En teoría no podemos abrir las ventanas, porque además tenemos obras fuera, entra más polvo y ruido.

En alguna ocasión han venido a controlar la temperatura a la que sale el aire de mi rejilla de ventilación y, según el aparato medidor que traen los operarios, está correcta: a 24ºC. Sin embargo, es evidente que en el pasillo hay una temperatura, y a la que entras a la antesala de mi despacho, ya notas frío, y cuando entras en mi despacho, éste ya es siberiano.

Así que harta de luchar contra el complemento circunstancial, además de con el verbo y el predicado, he decidido ser sujeto de la mejora y he encendido un pequeño calefactor que hace tiempo me traje de casa.

Es de locos, por arriba sale aire frío, por abajo caliente, los ruidos se superponen... pero se ha atemperado el ambiente.

¡Esto es otra cosa!

domingo, 22 de mayo de 2011

Hasta enterrarlos en el mar

Acabo de llegar del congreso nacional de mi especialidad que se ha celebrado en Zaragoza. He estado desde el martes absolutamente desconectada de cualquier mundo que no fuese la Anatomía Patológica, sin leer la prensa, sin escuchar noticias. Cuando llego aquí, me encuentro con el sarao.

¿Será verdad que algo está cambiando en la sociedad? ¿Que por fin hemos dicho ¡BASTA!?
Espero que no nos decepcionemos tras el recuento de votos.

¡A GALOPAR!

lunes, 16 de mayo de 2011

Campechano

(Fotografía de Yann Arthus Bertrand)


Yo no veo la vida en blanco y negro, ni siquiera en gamas de grises, sino en distintos tonos de azul y rosa.

Como sabéis, mi trabajo consiste en diagnosticar las enfermedades mediante el examen de los tejidos enfermos a través del microscopio. Para ello, el tejido debe ser cortado en láminas muy delgadas, de micras de grosor, lo que se hace con un microtomo.
Tan finos son los cortes que son transparentes, así que para poder distinguir las estructuras, hay que teñirlas.
Y la tinción de rutina por excelencia, usada desde los inicios de la especialidad, y que no ha sido mejorada por ninguna otra, es la Hematoxilina&Eosina, es decir, una combinación de hematoxilina y eosina.

La hematoxilina tiñe de azul oscuro o violeta las estructuras basófilas (ácidos que tienen afinidad por las bases), como los núcleos de las células, y la eosina en distintos tonos de rosa las acidófilas o eosinófilas (bases que tienen apetencia por los ácidos), como los citoplasmas celulares, o las fibras de colágeno.

La eosina es un colorante sintético derivado de las anilinas, y debe su nombre a la diosa Eos (el equivalente griego de la Aurora de los romanos), que era la doncella del alba quien, con sus sonrosados dedos, descorría cada mañana el negro manto de la noche y anunciaba la inminente llegada de su hermano Helios, el sol.
¡No me diréis que no es poético!

La hematoxilina en cambio, es un colorante natural obtenido del palo de tinte, un arbusto de cuya madera se obtiene por cocción un colorante rojo como la sangre. El palo de tinte es originario de Campeche, provincia de la península de Yucatán, en México. En el siglo XVIII Linneo denominó al colorante sangre de madera, en griego hemato (sangre)- xylon (madera), o Haematoxylum campechianum. Así que la hematoxilina es en realidad roja, pero en contacto con el agua vira a azul púrpura.

Yo conocía el origen de la hematoxilina y se lo cuento a los nuevos residentes que llegan cada año. Pero lo que no sabía es algo que no tiene nada que ver con la hematoxilina y sí con Campeche, y que me ha hecho gracia.
Resulta que Campeche, según dicen, es tierra de vida placentera, y los naturales de Campeche gozan de fama de cordialidad y trato afable. De ahí que a quien se comporta con llaneza y cordialidad, desdeñando formulismos y etiquetas, sin imponer distancias, se denominan en todos los países de habla hispana "campechanos". Como el mismísimo rey Juan Carlos, sin ir más lejos.

Y yo que creía que venía de campo...

sábado, 30 de abril de 2011

Clase de mates 2.0

¿A quién pueden no gustarle los números complejos explicados así?

jueves, 28 de abril de 2011

13 Rue del Percebe





Esta es la vista de la fachada de mi casa estos días, y estas son las vistas desde casa. Ya han extraído la fachada, hecha de madera y fibrocemento, y nos han dejado con el culo (y el resto) al aire. Ahora tienen que poner aluminio y doble cristal.
Mi casa es la que tiene las paredes granates, la única que han tapado con pladur verde (me dijeron que era el adecuado para exterior, pero está claro que me lo han puesto para combinar los colores, porque al resto no se lo han puesto).
Como podéis ver, han arrancado el parquet, que se continúa(ba) con el del salón comedor. Cuando pongan la fachada, tienen que reponerlo. En principio tienen previsto poner uno estándar que dudo que coincida con el de la mayoría. Quien quiera otro (lo lógico es que todo el mundo quiera lo mismo que tenía), tiene que facilitarles la referencia y/o muestra, y si lo encuentran, pues lo ponen. Y si hay diferencia de precio, va a cargo del propietario (claro).
No sé en qué momento ni qué hicieron con el parquet que quitaron, pero, ¿lo lógico no habría sido quedarse con una muestra? Pues no.
Puse el parquet al poco de comprar el piso, hace unos ocho años. He tenido que llamar a la casa que me lo pusieron junto a los muebles a medida de ese espacio (afortunadamente aún está abierta -sólo de vez en cuando-). El dueño se acordaba de mí (casi me pongo a llorar de la emoción), y me ha prometido buscar la referencia del parquet u otro parecido, pero ya me ha dicho que será difícil.
Después, cuando esté todo acabado, pintado, etc, tendré que colocar los muebles, que ahora están guardados en un guardamuebles de alquiler que pago yo (claro). Me los tendrán que instalar quienes me los hicieron, porque yo soy incapaz. Eso si encajan. También a mi cargo (claro).
Tengo que sumar el coste del guardamuebles, la instalación de los muebles, las lámparas que tendré que comprar (las que había han desaparecido), las cortinas que tendré que comprar porque no me servirán las que tenía... al dineral que me cuesta la fachada... ¡Socorroooooooo!

(Por cierto, no sé si se aprecia en la foto, pero la marca de la empresa de rehabilitación es ACME)

sábado, 23 de abril de 2011

¿Muralla de vaginas?

Esto es una clase de ANATOMÍA, sin ánimo de ofender.

Viene a cuento por esto, una exposición denominada “La gran muralla de vaginas”, del artista británico Jamie McCartney, como denuncia a la creciente demanda de cirugía estética de los órganos sexuales. Que me parece muy bien, por otro lado. No voy a referirme al contenido del mensaje.

No es la primera vez que leo o escucho “vagina” haciendo referencia a la vulva. Señores y señoras, NO es lo mismo.

Con la de años que llevamos lidiando con la educación sexual, con el conocimiento del cuerpo, especialmente el femenino, cuya anatomía íntima se ha ocultado tanto tiempo, y ahora resulta que no sabemos ni dónde tenemos la vagina.

El aparato genital femenino tiene cierta complejidad, mayor que el masculino, porque tiene órganos internos y órganos externos, y algunos de los externos están medio ocultos.

La vagina es de los INTERNOS, junto con el útero y sus trompas de Falopio, y los ovarios. Es un canal que comunica los órganos internos con los externos, un túnel muscular por donde sale el feto en el momento del parto, y la menstruación cada mes cuando no hay embarazo (en edad fértil), y que acoge el pene en el coito. La entrada a este túnel es el introito vaginal, y no tiene salida, el fondo es ciego (como un fondo de saco), abrazando el cuello del útero.

El introito vaginal pues, es un orificio que se encuentra entre las piernas, por delante del ano. El espacio que hay entre ano e introito se denomina periné. Inmediatamente por delante del introito vaginal se encuentra otro orificio de salida, donde desemboca la uretra (tubo de salida de la orina desde la vejiga), denominado meato urinario. Y por delante del meato se encuentra el clítoris, órgano que única y exclusivamente sirve para el placer. Es como un micropene tapado por un capuchón a modo de prepucio (de hecho algunas mujeres padecen fimosis, cuando este capuchón no puede retirarse) y, como el pene, es eréctil con la estimulación.

Tapando los dos orificios, y en continuidad con el capuchón se encuentran los labios menores o ninfas, dos repliegues cutáneo-mucosos a ambos lados, que pueden ser más o menos grandes. Y por encima se encuentran los labios mayores, dos repliegues cutáneos mayores, que cuentan con una mullida capa de tejido graso subcutáneo por debajo y pelo grueso por encima, el vello púbico.

La VULVA es el conjunto de labios mayores, labios menores, el clítoris y los dos orificios, y constituye los órganos sexuales EXTERNOS. Los labios delimitan no un ojal, sino una horquilla o ángulo, con el vértice delante (lugar que precisamente se denomina horquilla vulvar), donde se encuentra el clítoris, y la abertura detrás.

El monte de Venus es el espacio que continúa desde la vulva hacia el abdomen, y tiene las mismas características que los labios mayores: gruesa capa de tejido adiposo, y vello púbico.

Como al resto del cuerpo, el paso del tiempo no perdona a los órganos sexuales. Al estar habitualmente ocultos y la cirugía estética está “de cara a la galería”, hasta hace poco no les había hecho mucho caso. Pero todo es cuestión de crear la necesidad.

Aunque se hace también estética de vagina, para aumentar la turgencia o recomponer el himen, la mayoría de intervenciones estéticas se realizan en la vulva, que es lo más visible, sobretodo la reducción de los labios menores.

Con todos estos datos, nadie tendrá dudas de que la gran muralla de vaginas es en realidad una gran muralla de vulvas. No sé si el problema estriba en que la palabra VULVA es fea, demasiado sugerente, más difícil de escribir, menos elegante, más contundente, más sosa o qué (sinónimos hay para aburrir, que no voy a nombrar), pero me sorprende que artistas confundan la gimnasia con la magnesia y especialmente que mujeres que se dicen feministas se hagan eco del error.

miércoles, 20 de abril de 2011

De la cruz a la fecha

Yo no la había oído, pero he leído que existía la expresión de la cruz a la fecha para expresar la totalidad de un escrito y, por extensión, de una opinión o una forma de pensar (algo parecido a de pe a pa). Hacía referencia a las cartas personales, donde se comenzaba trazando una cruz y se acababa con la fecha y la firma. Cuando yo escribía cartas, lo de la cruz no existía, y la fecha la ponía al inicio.

En nuestro entorno, ya casi nadie escribe cartas a mano, es una tontería pudiendo hacerlo por correo electrónico, por la inmediatez y la facilidad. La lástima es que se han perdido todas las connotaciones que encerraban las misivas. De la misma manera que en una conversación hablada existe el lenguaje verbal y el no verbal, una carta escrita a mano atesoraba mucho más que palabras o el contenido que ellas cifraban: el tiempo y el mimo que se empleaba en escribirlas, el empeño en la caligrafía (que tanto dice de nosotros, sin necesidad de la grafología), el esfuerzo de estilo, la pulcritud... Todo ello proporcionaba mucha información.

Naturalmente, siempre ha habido a quien le ha gustado más escribir y a quien menos, a quien se le ha dado mejor o peor, quien le ha dado importancia a los detalles y quien no. Y supongo que de la misma manera, a quienes entonces les gustaba escribir a mano y escoger las palabras, siguen haciéndolo en los medios electrónicos.
Yo lo intento. Además, me sigue gustando escribir a mano. De hecho, antes de escribir aquí, necesito hacerlo previamente en papel. Sé que es una pérdida de tiempo pero, al menos en el inicio, necesito el hilo directo que suponen mis pensamientos con la hoja de papel que se va llenando con la tinta del bolígrafo bajo el dictado de mi mente.
No siento lo mismo en el ordenador, donde mis neuronas dan órdenes a mis dedos que teclean, pero las palabras que aparecen en la pantalla están en una dimensión que yo no gobierno. Especialmente si de repente ocurre algún contratiempo técnico, del servidor, del hardware, de la web o de la madre que lo parió.
Es verdad que luego es más fácil ordenar, corregir, borrar, añadir, sobre el texto en el ordenador, pero la primera idea me gusta plasmarla en papel.

Volviendo al género epistolar, cuando se escribían cartas a mano, era corriente guardar las de seres queridos, novios o amantes, a veces para devolverlas con despecho, a veces para releerlas con nostalgia. Recuerdo de muy joven, cuando aún vivía con mis padres, tener cartas de amigos que pensaba que eran intocables por lo personales, dejadas ingenuamente en un cajón sin llave de mi armario, y enterarme después que mi madre las había leído. No quise desprenderme de ellas ni cuando me casé, las mantuve en una caja hasta que en el proceso de divorcio y mudanzas sucesivas la perdí.
Con el ordenador sigo haciendo lo mismo. Guardo la correspondencia personal de amigos y amigas, cada uno en su carpeta.

Esto lo llevé una vez al extremo con los sms. Tuve una relación sentimental que duró tres o cuatro meses, y desde el primer día nos intercambiamos numerosos mensajes de móvil y correo electrónico, que fui guardando, tanto los que me mandaba él, como los que le mandaba yo.
No lo hacía con ningún propósito concreto, era como guardar la correspondencia. Cuando se acabó la relación, él parecía no entender porqué.
Cogí los sms y e-mails que nos habíamos cruzado, y los comenté uno por uno. Detrás de cada uno de ellos, con otra tipología de letra escribía lo que me había suscitado en ese momento o lo que opinaba, y se lo mandé. Fueron unos cuantos folios con una historia contada de una manera peculiar.
Se quedó perplejo. Desde luego, era demoledor por lo extremadamente sincero, pero muy respetuoso en algunos aspectos en que podía haber sido muy dura, como reconoció. Me fue muy útil para hacerle ver la evolución de la relación y los motivos para dejarla, de la cruz a la fecha.

Nunca más he vuelto a hacerlo.

lunes, 18 de abril de 2011

Érase unos niños a unas guitarras pegados

No sé qué os parecerá a vosotros, pero a mí me ha dejado con la boca abierta.
¡La guitarra es más grande que los niños, y apenas les llegan los dedos!




¡Y aún no han cambiado los dientes!

sábado, 16 de abril de 2011

Ganglio centinela

En el diario Público de hoy aparece un artículo con el título De diez horas a sólo media contra un tumor, y el subtítulo Las segundas cirugías en cáncer de mama son ya excepcionales, que me parece engañoso o, cuando menos, equívoco. Como patóloga que me enfrento todas las semanas por lo menos a un caso como el de Aguirre, me siento aludida, y dudo que la mayoría de lectores entiendan la información publicada.

En el primer párrafo se hace referencia a la linfadenectomía axilar, es decir, la extirpación de los ganglios linfáticos de la axila, por donde suele diseminarse el cáncer de mama, que, hasta hace pocos años, se realizaba sistemáticamente junto a la exéresis del tumor.
En la última década el estudio del llamado ganglio centinela (la primera estación de la cadena linfática) se ha ido generalizando, pero en los primeros años su análisis era diferido. Es decir, en la intervención quirúrgica se extirpaba el tumor y el ganglio centinela, que se estudiaba concienzudamente en los días posteriores.
Si era negativo, la paciente no tenía que someterse a la linfadenectomía, que tiene no pocos efectos secundarios. Si resultaba positivo, es decir, el ganglio estaba ocupado por células cancerosas (metástasis), es cuando venía la segunda intervención para extirpar los ganglios restantes de la axila.
Pero desde hace ya unos años, el estudio del centinela se lleva a cabo de forma peroperatoria, es decir, su estudio rápido en la misma intervención, de manera que si este estudio revela la presencia de células tumorales en el ganglio, la linfadenectomía se puede realizar en el mismo acto quirúrgico.

En ocasiones se dan falsos negativos (y no falsos positivos como dice el artículo, que son prácticamente imposibles). Esto es, la biopsia peroperatoria ha resultado negativa, por lo que se termina la intervención únicamente con la tumorectomía, pero el análisis exhaustivo posterior del ganglio centinela revela la metástasis, por ejemplo por ser extremadamente pequeña, con lo que al cabo de unos días deberá intervenirse de nuevo la paciente para realizar la linfadenectomía.

Desde hace unos pocos años se está desarrollando en algunos hospitales una técnica molecular denominada OSNA, el análisis peroperatorio del ganglio centinela mediante una máquina que detecta la citoqueratina 19 (CK19), presente en las células del cáncer de mama, técnica con un 100% del sensibilidad, lo que elimina los falsos negativos. Ahora bien, esta técnica no está exenta de inconvenientes.

El artículo aparecido en JAMA a que hacen referencia sí que es muy importante y, como dicen, probablemente cambiará el manejo y el enfoque terapéutico de las pacientes (digo las porque el cáncer de mama es muchísimo más frecuente en mujeres, pero no olvidemos que se da también en hombres: en mis 20 años de patóloga he visto unos cuantos, el último hace tan sólo unos días). Según este artículo, un estudio multicéntrico con miles de pacientes, se ha demostrado que aunque haya metástasis en los ganglios axilares, la supervivencia es la misma tanto si se extirpan como si no. O lo que es lo mismo, que el tratamiento quimioterápico es igual de efectivo con linfadenectomía o sin en el caso de metástasis axilares.

El estudio del ganglio centinela, actualmente, no se realiza en todos los casos de cáncer de mama, existen criterios de inclusión y de exclusión. En mi opinión, si se ratifica el estudio de JAMA con otros estudios, estos criterios dejarán de tener sentido, ya que no se realizarán linfadenectomías, y se realizará el estudio del ganglio centinela a todas las pacientes, únicamente para estadificación.
Pero aún tardaremos cierto tiempo en llegar a eso.

miércoles, 6 de abril de 2011

Noventa y nueve días y medio

Tal como estamos con la crisis y los recortes por todas partes, que nos vamos a tener que tapar con capa como los personajes de El Buscón de Quevedo para que no se nos vean las miserias, que alguien lo diga con humor y salero, pues le quita hierro al asunto.

En el diario digital ara.cat, la columna de hoy de Iu Forn me ha hecho sonreír en medio del desánimo. La he traducido para compartirla con vosotros, pero si alguien quiere leer el original en catalán puede hacerlo aquí. Algunos detalles se entienden mejor sabiendo las consignas del President de la Generalitat de Catalunya, quien con frecuencia alude a llevar el timón y a trabajar con ilusión, o si se conoce la polémica con Felip Puig por la velocidad variable, o que Duran i Lleida es muy locuaz. (Las negritas son mías).


Noventa y nueve días y medio

(Extracto del discurso que ofrecerá hoy Artur Mas en el Palau)


Catalanes, el tripartito nos ha dejado una herencia tan triste que en lugar de mis primeros 100 días de gobierno, sólo podré celebrar los 99 y medio.

Y para demostrar que gracias a nuestra gestión de contención ya hay brotes verdes, abriremos una gaseosa (pequeña, y para todo el Gobierno).

Antes de comunicar algunos recortes complementarios a los conocidos, quisiera recordar que somos un país con los recortes en nuestro ADN. Ya lo dice el estribillo de nuestro himno: Bon cop de falç (buen golpe de hoz).

Nuestra bandera pasará a tener sólo tres barras. Los naranjos del patio del mismo nombre (els tarongers) serán sustituidos por bonsais. Para ahorrar en sanidad, educación y en todo, a partir de ahora los días tendrán sólo 23 horas... para los ciudadanos. Los días del Gobierno serán de 25 horas para poder trabajar con ilusión.

Me he vendido el timón y ahora en el despacho tengo un manillar del Bicing. Para recaudar fondos, el conseller de Sanidad continuará tocando el acordeón por los CAP (Centros de Atención Primaria) y la de Justicia la bandurria en los juzgados, pero sólo atenderán peticiones de melodías por el Twitter. El conseller Mas-Colell hablará con La Caixa (La Caja), máxima expresión financiera del país, para que pase a denominarse La Capseta (La cajita) y para que cambie su conocido "Parlem" ("Hablemos") por "Parlem, sí, però fluixet" ("Hablemos, sí, pero bajito). Aumentaremos el recorte en declaraciones de los consellers y, sobretodo, de Duran. Y, finalmente, hay que decir a la gente de Iniciativa, los que dicen NO a todo, que Felip Puig va por el Salón de Sant Jordi a 160. ¿Algún problema?

lunes, 4 de abril de 2011

Auxilio administrativo

Lo que pasa en la administración pública a la hora de contratar personal es kafkiano.
No sé si en todos los ámbitos es igual, pero lo que yo conozco, el hospital público, es así. Se accede a las plazas por oposición, pero si se debe cubrir un puesto en un momento dado en que no las hay convocadas, el acceso depende de la esfera en que te muevas, cada una dominada por un lobby distinto.

En las altas esferas manda el poder político, y se designan las plazas a dedo, suelen ser cargos de confianza.
En los niveles de a pie mandan los sindicatos, supervisando estrictamente que se siga el orden de la bolsa de trabajo para acceder a las vacantes, ya sean sustituciones, interinajes o lo que sea.

En ningún caso, o en muy pocos, prima la idoneidad del candidato para el puesto. Ni siquiera en el concurso oposición, ya que para incrementar los puntos en el currículo basta con hacer cursos de la administración, estén relacionados con el puesto o no. Pueden ser de macramé, cocina japonesa o literatura medieval, que puntuarán mucho más que otro de primeros auxilios o citología clínica que se hayan hecho fuera de la administración.

Hace un par de meses se ha jubilado la supervisora del servicio, y en su lugar han colocado a otra designada a dedo, como lo había estado la anterior, que era una inepta y, en los últimos tiempos, con el agravante de la jubilación en puertas (aquéllo de para lo que me queda en el convento...). De momento parece que hemos tenido suerte. No es que fuese muy difícil mejorar lo anterior, pero parece que la actual supervisora trabaja de verdad y se toma en serio su trabajo.

Por otro lado, hace más de un año se hicieron oposiciones a auxiliar administrativo en el hospital, plazas que acaban de adjudicarse.

En nuestro servicio realizamos 25000 biopsias, 35000 citologías y cerca de 100 autopsias al año, provinientes del propio centro, de dos hospitales comarcales cercanos y de varios centros de atención primaria. Para registrar, transcribir los informes, archivar y hacer otras tareas de secretaría, contamos en el servicio con 5 auxiliares administrativas. A pesar de llevar algunas muchos años en el puesto, y poner los cinco sentidos (se supone) en ello, hay que revisar y hacer correcciones con frecuencia, pues la responsabilidad ante un error es grande, y el léxico que empleamos es complicado.

Pues bien, nos han adjudicado una auxiliar administrativa que ha obtenido su plaza por oposición, que es disminuida psíquica.

Surrealista.

En muchas oposiciones a la administración pública hay un cupo para discapacitados. No soy partidaria de cupos, cuotas, paridad y porcentajes impuestos, creo que todo el mundo debería tener las mismas oportunidades y lo que se debería combatir es la discriminación de los candidatos por razones ajenas al puesto de trabajo, pero no seré yo quien diga que no es justo.

Quizá en algunos ámbitos sea necesario hacerlo así para evitar la discriminación y dar oportunidad a todo el mundo. Pero todas las discapacidades no son iguales y deberían distinguirse. Un trabajo que requiere esfuerzo físico no puede cubrirse por alguien que tenga una minusvalía física grave, y un trabajo intelectual no debería ser ocupado por alguien con una discapacidad psíquica.

Seguramente es muy incorrecto políticamente lo que digo, pero la corrección política, sumada a la falta de sentido común y a la ineficacia, nos está llevando a unos niveles de estupidez supinos.

jueves, 31 de marzo de 2011

El día de la marmota

Independientemente de que todos los días laborables tengo la sensación de estar en un bucle como Bill Murray en Atrapado en el tiempo (así de monótonos son), esta semana especialmente, ya que se repite todos los años. El lunes después del fin de semana en el que se adelanta el reloj, y el resto de la semana, las conversaciones giran todo el día en torno al hecho. Que si cómo nos ha costado levantarnos hoy, que si todavía era de noche cuando ha sonado el despertador, que si estamos atontados, que si qué bien que a las 7 de la tarde aún es de día... Por suerte la semana que viene se nos habrá olvidado ya.

Aparte de esto, este año me he enterado de algunas cosas respecto al horario. Soy una ignorante, lo sé, pero no me canso de aprender.

España, a excepción de Canarias, utiliza un huso horario que no es el que le corresponde. Geográficamente estamos localizados en el huso que coincide con el meridiano de Greenwich, es decir, GMT0, como Inglaterra y Portugal, y en cambio nuestra hora es GMT+1. Eso sin tener en cuenta los horarios de invierno o verano.

¿Siempre ha sido así? No. Hasta 1901, se permitía que cada provincia tuviera la hora que le correspondía por meridiano. Así, por ejemplo, Galicia y Cataluña no coincidían con la hora. A partir del 2 de enero de 1901 se uniformizó la hora adoptando el horario del meridiano de Greenwich para toda España. Pero en 1940, la Europa asediada por Hitler, supongo que por tener la misma hora que Berlín, adelantó una hora los relojes. Cuando acabó la guerra, todos los países volvieron a su horario correspondiente, excepto España. ¿Por qué razón? Lo desconozco. No sé si las Canarias participaron en este baile de horas, pero la realidad es que allí la hora es la buena, se debería decir: Son las 12 en Canarias, una hora menos en la España peninsular (XD). El hecho es que vamos tarde, no vamos acorde con el sol.


Para Ignasi Buqueras, economista y presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los horarios españoles, esta es una más de las muchas razones por las que en este país trabajamos tantas horas y en cambio somos tan poco productivos, no conciliamos vida familiar y laboral, dormimos poco...

Pero yo me quería centrar en los husos horarios y curiosidades al respecto.
A pesar de que el día sólo tiene 24 horas, ¡existen 40 husos horarios! Esto es porque muchos países no se limitan a añadir una hora al Tiempo Universal Coordinado (UTC), sino fracciones. Por ejemplo el Nepal suma 5 horas y 45 minutos (GMT+5:45), por distinguirse de la India, que suma 5:30 horas. España no es el único país que utiliza un huso en el que no se encuentra. Argentina es otro país que tampoco tiene la hora de su meridiano. Tiene la misma hora que Uruguay y la zona este de Brasil, es decir, GMT-3, cuando le correspondería por meridiano GMT-4. Australia tiene tres franjas horarias, la más occidental GMT+8, la zona central tiene una hora y media más que ésta, y la más oriental, dos horas más.
Los husos horarios y los países que siguen la hora de cada uno de ellos podéis consultarlos en esta página que me ha parecido muy útil.

En todo caso, me alegro de estar ya en primavera, de sentir el sol, de oler las flores, y de que los días sean más largos... aunque sólo lo aproveche el fin de semana.

domingo, 27 de marzo de 2011

Un resfriado espantoso

No me puedo resistir a poner este vídeo donde una mamá se suena los mocos y provoca en su bebé una tormenta emocional.
Los humanos somos así: reacciones imprevisibles, contradictorias... Divertido, en cualquier caso.


sábado, 26 de marzo de 2011

Enemigos públicos

Desde hace unas semanas estoy experimentando con ir a trabajar al hospital en transporte público. No es tarea fácil, pues vivo en Barcelona ciudad y el hospital está en una colina del prelitoral de Badalona mal comunicada, a unos 15 km. En coche tardo entre 30 y 45 minutos (sin contar el aparcamiento allí), según el tráfico.

Hay varias opciones de transporte, ninguna demasiado satisfactoria, pero me he decidido desde que han alargado una línea de metro hasta el centro de Badalona y desde allí han habilitado un autobús-lanzadera que va directo al hospital. En total, tengo 13 paradas de metro con dos transbordos incluídos, y luego el autobús, todo lo cual me lleva 1 hora. Y levantarme media hora antes.

Me han arrastrado a tomar esta decisión varias razones. Una es económica personal: el precio de gasolina y gasóleo me parece desorbitado, y tengo que reducir gastos. Otra la crisis energética y financiera general: el martilleo de la administración para que ahorremos energía y reduzcamos la contaminación a veces causa mella, y de vez en cuando me saltaba a la yugular mi Pepito Grillo proletario. Otro motivo es la dificultad del aparcamiento en el hospital: En las horas punta aquéllo se convierte en una jungla donde prevalece la ley del más fuerte. Colas interminables de coches de empleados, enfermos y acompañantes a la caza de una de las insuficientes plazas habilitadas. Ya no digamos en verano, imposible conseguirla a cubierto para no achicharrarse a la salida. El resto de horas es prácticamente imposible aparcar, y los coches se desparraman por la montaña.

Pero la razón más importante, la que finalmente me ha empujado a desterrar el coche, es la falta de tiempo para leer. Entre semana no dispongo de horas, cuando llego a casa me pongo a hacer la cena, luego a cenar y luego caigo en la cama como las gallinas hipnotizadas con un golpe en la frente. El fin de semana aprovecho para bailar, quedar con amigos y escribir en el blog. La cosa no da para más.
Hace tiempo que no encuentro lecturas que me enganchen, voy acumulando libros empezados que roban horas a mi vida sin aportar nada. Sumado a la falta de tiempo, me daba una cierta sensación de embrutecimiento y desnutrición mental.
Algunos amigos y compañeros me convencieron de que sin el coche ganaría ese tiempo para leer.

Pues bien: NO ES FÁCIL LEER EN EL METRO (ni en ningún transporte público).
En los momentos de mayor afluencia, ni siquiera es posible sacar el libro del bolso. A medida que se vacía, con un poco de suerte hasta puedes sentarte a disfrutar de la lectura. Pero eso no será posible si tienes al lado gente que habla a gritos, con el vecino o por el móvil, llevan la música a toda pastilla en sus auriculares, o te deleitan los conciertos a capella o con acordeón alive, que es lo más frecuente.
Por eso estoy totalmente de acuerdo con mi admirado Quim Monzó en su artículo de hoy en La Vanguardia.

Voy a probar con los tapones en los oídos.

domingo, 20 de marzo de 2011

La dama de las orquídeas






Si hasta ahora alguien se ha beneficiado de la reclusión que padecemos en casa por las obras, son mis orquídeas, ya que las evacué. Me las llevé a mi despacho del hospital, donde tengo un gran ventanal que da a la fachada del módulo de hospitalización general. Otros despachos mejores dan al lado contrario, desde donde se ve el mar, pero no me puedo quejar, tengo mucha luz natural.
Cuando me mudé a este despacho tras la jubilación de un amigo y compañero patólogo, después de pasar por su antesala oscura y ruidosa, la orquídea que tenía allí revivió, y volvió a ser la envidia del departamento.

Ahora tengo allí varias Phalaenopsis, una de ellas florida, otra en vías de florecer. Pero la que me tiene el corazón robado últimamente es una orquídea (menos conocida que las Phalaenopsis, que son las más comunes), que en casa no había vuelto a florecer desde que la compré, hace unos cuantos años. Únicamente iba sacando hojas nuevas, pero la mimaba igual. Se trata de un Paphiopedilum o zapatito de Venus, llamada así porque tiene el labelo en forma de zueco. De cada tallo de esta orquídea nace una única (a veces dos) flor, que es espectacular, como podéis ver en la última foto de la secuencia.

Las orquídeas son de las plantas más versátiles que hay, y sus flores de las más variadas. Su nombre proviene del griego orchis, que significa testículo. Yo conocía esta raíz griega, porque a veces recibo piezas de orquiectomía, es decir, de extracción de un testículo, pero no veía su relación con las flores. El nombre se lo puso el filósofo Teofrasto 375 años antes de Cristo, por las ahora llamadas Orchis, un género de orquídeas que tiene un bulbo doble de morfología muy similar a los testículos.

En la gran mayoría de géneros las flores están formadas por tres piezas externas (sépalos), dos laterales y uno dorsal, y tres elementos internos (pétalos), dos laterales y uno inferior llamado labelo, que es el mayor y de morfología extremadamente variable. Es la pieza más característica de las orquídeas.

La extremada variedad de orquídeas que existe (unas 30000 especies) se debe a su compleja vida sexual, que es fascinante.
En general, para la reproducción de casi cualquier tipo de flor se requiere que el polen sea transportado de una flor a otra. (Las manzanas, ¿cómo se acuestan para tener manzanas?)
El medio de transporte o polinizador suelen ser insectos o el viento. Pero en el caso de las orquídeas, el polen se encuentra en forma de masas compactas (polinias) que el viento no puede transportar. Así pues, requieren un camalic para perpetuarse.
Son zoófilas y sus polinizadores muy variados: pueden ser moscas, mosquitos, avispas, abejas, mariposas, polillas, murciélagos, sapos o aves (colibrí). Pero también son fieles, cada especie suele especializarse en uno de ellos, de ahí la gran variedad de flores.
Para atraer al polinizador utilizan reclamos: algunas orquídeas mimetizan la forma y el olor de la hembra de algunos insectos, y la mayoría ofrecen exquisitos néctares como recompensa. Pero hay otras que manipulan y embaucan a los polinizadores sin darles premio, como las Cypripedium. (No quiero hacer paralelismos, pero la atención se me desvía).

Si no son fecundadas, las orquídeas se mantienen lozanas durante tiempo, algunas varios meses, pero si son fecundadas, se marchitan inmediatamente. (¿A qué me recuerda eso? Otra vez se me desvía la atención).

Para acabar, os contaré una cosa que probablemente muchos sepáis, pero que yo me acabo de enterar: La vainilla es el fruto de una orquídea.
Me encanta la vainilla, su olor y su sabor, me encantan las orquídeas, y mira por dónde están relacionadas. Quizá algún día haga apología de ella.

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