viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz cine

La última entrada del año va a ser, además de desearos un 2011 mejor que el 2010 (pero poned vuestro granito de arena, eh?), una recomendación de cine.
Hacía semanas que no iba, y tenía más mono en mi cuerpo que el peñón de Gibraltar.
Fui esta semana y la película que vi me compensó con creces el vacío: El discurso del rey (The King's speech, Tom Hooper. Reino Unido 2010).

CINE en mayúsculas, para mí la película tiene todos los ingredientes necesarios para que el producto salga redondo.

Fui a verla a una hora "normal", de las que no suelo ir, la sala estaba llena y tuve que hacer cola para entrar. Detrás de mí iba una señora con un bol gigante de palomitas que comía con fruición, así que al entrar aceleré el paso para intentar esquivarla y que no se sentase a mi lado. Lo conseguí metiéndome en el centro de una fila en la que quedaban un par de asientos libres, pero no me libré del gracioso de turno que se ríe a carcajadas sin motivo.
Sin embargo, la película hizo que me olvidase hasta de eso.
Podéis leer una buena crítica en el enlace que os he puesto. La sinopsis más corta que he encontrado:
El rey George VI del Reino Unido se vio obligado a reinar tras la abdicación de su hermano Edward VIII. Es tartamudo, y por eso busca un terapeuta de trastornos del habla, Lionel Logue, que tiene unos métodos poco ortodoxos.

Tiene lo que hay que tener: un buen guión, bien interpretado y bien dirigido.
Con respecto al guión, me parece fascinante que partiendo del defecto (no insignificante, por otra parte, en su situación) de un monarca, se construya un argumento tan sólido, descubriéndonos las causas y las consecuencias, los miedos, los complejos y las frustraciones, sin caer en la irreverencia o en el melodrama. La tartamudez del futuro rey de Inglaterra le pone en contacto, gracias a la tenacidad de la futura reina, con su contrapunto perfecto, el logopeda que le ayudará a superarla, antítesis del monarca, a quien impone sus normas. A pesar de ello, o quizá gracias a ello, se generará primero un respeto y después una amistad inquebrantable entre ellos hasta el fin de sus días.

La interpretación de los actores es impresionante. No sólo la de los protagonistas principales, Colin Firth como George VI y Geoffrey Rush como el logopeda, que están que se salen, sino Helena Bonham Carter, como esposa del rey y futura reina madre, también está espléndida, igual que los secundarios Derek Jakobi (el arzobispo de Canterbury), Timothy Spall (Churchill), Guy Pearce (el heredero Eduard VIII, que abdica para casarse con Wallis Simpson) y el resto de actores.

El director Tom Hooper es experto en series televisivas de éxito, algunas históricas también, como Elizabeth I. En esta película utiliza un gran angular que ha sido criticado por muchos, porque difumina el fondo, y distorsiona los extremos, aparentemente sin motivo. Seguramente la razón es dar más protagonismo a los personajes y difuminar el fondo, que metafóricamente pretende ser el contexto político, la antesala de la Segunda Guerra mundial.

La película tiene diálogos inteligentes, humor, tensión, dramatismo, un excelente vestuario y se acompaña de la música adecuada en cada momento.
Para mí, una película redonda.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Objetivo 2011

A este año le quedan dos telediarios, literalmente.
Como medimos nuestra vida en años, la sensación de que se acaba una etapa, o que se empieza otra con cada año, nos hace plantearnos retos, deseos, propósitos a cumplir durante el próximo.
Es lo que tenemos los humanos, necesitamos la zanahoria delante para ir tirando. Los propósitos de este año que no se han cumplido a día de hoy, los desestimamos, o renovamos votos.
No estoy hablando de proyectos vitales, claro, que suelen plantearse en periodos de tiempo más largos. Me refiero a los "propósitos de enmienda", intención de resolver aquellas carencias o excesos que no nos hacen malos, pero sí peores.

Somos poco originales, la mayoría de objetivos son comunes entre los mortales del mundo occidental (por favor, pasad a ver el cartel que ha hecho Salles en su inteligente blog). Y la mayoría se quedan sin cumplir, porque se trata de modificar hábitos y conductas, que es lo más difícil que hay: adelgazar, dejar de fumar, ir al gimnasio, aprender o mejorar el inglés...
A medida que pasan los años y uno se propone las mismas cosas, señal de que no se han cumplido, se van abandonando las promesas.

Personalmente, hace tiempo que no me propongo nada, al menos al inicio del año, lo que deriva en un "tantsemenfotisme" ("todomelasudismo") respecto al año, a las fiestas, al invierno o al trabajo, descomunal.
Está claro que no vamos (voy) bien. Tengo que buscarme un propósito para invocar con las doce uvas. De los clásicos:

No tengo que adelgazar.

No quiero dejar de fumar. Por lo fácil que lo están poniendo. ¡Y eso que fumo poco! Si se empeñasen en castigar a los defraudadores, maltratadores, asesinos y otras malas hierbas, la mitad que en perseguir a los fumadores, otro gallo nos cantaría. ¿Por qué no persiguen a las tabacaleras? Ah, perdón, que les dan muchos milloncejos.
Me estoy yendo por los cerros de Úbeda.

Ya me apunté al gimnasio a principios de este año y comprobé, una vez más, que no es lo mío. Prefiero mantenerme en forma con el baile.

El inglés, ya lo practiqué bastante con el nigeriano.

En el trabajo me han dado la pista. Me quejaba hoy ante una técnica cuya opinión me merece mucho respeto, del poco caso que me hacen en general técnicos y residentes respecto a mis enseñanzas sobre el trabajo bien hecho, los beneficios que se obtienen cuidando los detalles, la eficacia de la sistematización...
Me ha contestado:

- Quizá no utilizas el tono adecuado.

- ¿Me estás insinuando que soy demasiado blanda?- pregunto yo, boquiabierta.

Me ha sonreído y con un gesto de la cabeza afirma:

- Bueno, digamos que dices las cosas de manera muy dulce.

-¿¿¿Cómo??? ¿¿¿Dulce yo...??? ¿¿¿Estás hablando conmigo???- He tenido que girar la cabeza a ver si se dirigía a alguien que estuviese detrás mío- ¡¡¡Que se lo digan a mis hijos!!!

- Con los hijos es distinto. El otro día te vi hablando con el residente Fulanito, se suponía que le estabas riñendo, y no lo parecía.

- ¡Mierda!, - he pensado- ¡Me pasé con la Terapia Breve Estratégica que hice para disminuir mi genio! ¡Y eso que me dieron el alta a las 7 sesiones!

Así que ya tengo objetivo para el 2011:
RETOMAR MI MALA LECHE.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Alguien con quien hablar

No lo he leído todavía, pero es mi próximo objetivo: Alguien con quien hablar, de Ángel Gabilondo, filósofo y catedrático de Metafísica, y desde abril de 2009, ministro de Educación.
Amante como soy de la palabra y la conversación, creo que expresa infinitamente mejor que lo podría hacer yo lo que pienso al respecto, al menos en algunos párrafos que he leído. Las palabras, según Gabilondo, son el modo que tenemos de acercarnos a los demás, de aprender, de conocernos. Además de invitar a liberar las palabras silenciadas por el miedo a enfrentarnos con nosotros mismos o con las realidades de la vida, invita a buscar el calor en las relaciones humanas a través de la palabra cercana y del afecto. Vivimos buscando y reivindicando la caricia y la cercanía, y el autor propone reconocer la dignidad de los afectos, reivindicar concepto en las emociones.
Algunos párrafos para reconciliarse con uno mismo:

«Bien es sabido que convivir no es fácil, ni siquiera con uno mismo. La singularidad es tan irrepetible que, en ocasiones, resulta excesiva. Nada es más exigente que encontrarse diariamente con que uno ha de soportarse. (...) Estamos poblados también de frustraciones y de culpa. Y no exclusivamente por las cosas hechas mal, sino por tantas otras desatendidas, no cumplidas, olvidadas, descuidadas. Una vida es una ingente cantidad de tareas sin realizar, de vidas no vividas. No es que hayamos de incidir en remordimientos, ya se ocupan ellos de efectuar su labor, aunque el mayor de los pesares suele obedecer, en última instancia, a lo no hecho, por indecisión, por torpeza, por vagancia o, incluso sencillamente, por esa dejadez tan activa que nos impulsa a vernos acunados por los acontecimientos, adormilados por lo que nos pasa.

No son sin embargo las tareas no efectuadas o mal hechas las que conforman el temblor de nuestro corazón. Los otros, el otro, éste o aquélla, el afecto no dado, no acogido, el daño ocasionado, la respuesta tibia, insuficiente, o negada, el desamparo provocado, la desatención, cuando no simplemente el descuido, forman parte de aquello con lo que tenemos que vivir y que ya nos constituye. (...) Hemos de saber que quizá lamentaremos no haber estado a la altura de las circunstancias, en definitiva no haber sabido querer y, ni siquiera, querernos. (...) Abrazar nuestras carencias no es cómodo. No hacerlo es suicida.

No es cuestión de resignarse, ni de castigarse permanentemente de modo cada vez más sofisticado, ni de compadecerse de sí mismo, como si uno fuera la principal víctima de la injusticia del mundo. Y, menos aún, de dejarse gobernar por los propios estados de ánimo, ni de que los trabajos nos dominen y las relaciones nos agobien. Quien no se quiere es peligroso. Quien se gusta demasiado también. Éste es el desafío: quererse sin, tal vez, gustarse. De lo contrario seremos, simplemente, poco soportables. Sobreponernos a nuestra, a veces, insidiosa compañía es también trabajar y soñar por encima de nuestra realidad, resucitar cada día y liberarnos de la resistencia a abrazarnos también a nosotros mismos. Y recrearnos para sobrevivirnos gozosos en cada ocasión».

Alguien con quien hablar fue publicado en 2007 por la editorial Aguilar. Posteriormente, en 2009, la misma editorial publicó Contigo, donde Gabilondo reflexiona sobre la memoria, el olvido, la palabra y la compañía. Este año Seix Barral ha publicado Palabras a mano, en el que anima a vivir sin grandilocuencia, serena y reflexivamente.
Empezaré con Alguien con quien hablar, y ya veremos hasta dónde llego, porque con el ritmo de lectura que me gasto últimamente, es capaz de publicar varios libros más mientras tanto.

viernes, 24 de diciembre de 2010

I am not in the mood

Me repito como el eco.

Cada año siento ese desasosiego en mi interior, como un nudo en el cerebro, producto de la lucha entre lo que pienso y mi alrededor, entre mis creencias, el tsunami familiar que me arrastra, y mi realidad. Pero cada año es peor, o así lo siento yo.

¿Por qué cada año digo que no me pillan más, y sin embargo ahí estoy?

Sé la respuesta, no hay que ser muy listo: Por no tener previsión, por vivir al día, por no hacer nunca planes más allá de unos días, por esta sensación de provisionalidad que tengo de mi vida. Por dejarme llevar, por no querer problemas, por sentimentalismo, debilidad. Por dejadez, procrastinación, pereza... por cansancio, por trabajar demasiado... y paro, que parezco el del anuncio de la Coca-Cola.

Espero que algún día cambie y sienta que estoy viviendo la vida definitiva. Quizá sea tarde.

De momento, lo pasaremos como podamos. Vosotros también.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Navidad... uf!

Aunque parezca mentira (cada año me pilla por sorpresa), y aunque sea un topicazo, estamos prácticamente en Navidad y la previa, es la semana de los ágapes navideños de empresa, de amigos, de clase... cualquier excusa es buena para montar una comida o una cena entre la gente que comparte alguna actividad. Que digo yo... ¿por qué? ¿Quién ha creado esa necesidad? La gente que quiere quedar, que quiere verse, que quiere reunirse y charlar, comentar cómo va la vida... ya lo hace durante el resto del año sin necesidad de excusas. Sin necesidad de pagar los precios de los menús navideños, ni tener que reservar casi en verano, como la lotería, sin tener que ir disfrazado...
Para mí la Navidad es la excusa para ver a familiares que sólo veo casi en estas fechas u otras celebraciones tipo bodas, bautizos, comuniones y demás. Pero con la gente del trabajo... a duras penas aguanto a algunas personas por obligación, ¡como para aguantarlas fuera, en mi tiempo libre!

De las diversas cenas de empresa que tenía (es lo que tiene el pluriempleo), decidí que sólo iría a una, porque era gratis (es tan triste la realidad) y porque se celebraba el 60º aniversario desde su fundación. Fue el jueves, en un gran hotel de Barcelona, y asistimos gran parte de los 250 médicos con los que cuenta la empresa, y un montón más de empleados de enfermería, administración, técnicos, etc.

Como hace más de 11 años que trabajo en ella, tuve la oportunidad de asistir también a la del 50º aniversario, y debo decir, no sé si porque el número era más redondo, o por la crisis actual, o porque entonces yo tenía mucha más vitalidad e ilusión, que aquélla fue más divertida. El maestro de ceremonias era el mismo, un médico que tiene vocación de showman y es el hombre de confianza del fundador para estos menesteres. Iba vestido con frac, se disfrazó de papá Noel, e hizo un monólogo muy divertido, si no fuera porque lo hizo pasar por suyo, cuando en realidad es de Arturo Pérez Reverte, la tesis sobre la palabra "cojones".

La cena estaba organizada como un banquete de bodas, cada uno teníamos nuestro lugar asignado. Junto a mi mesa estaba la presidencial, con el fundador, de 84 años, y su mujer, además de los grandes dinosaurios de la empresa. En total esa mesa rondaba los 1000 años.

En medio de la cena, a uno de ellos le dio una lipotimia y cayó al suelo. A pesar de haber más de doscientos médicos en la sala, el médico en cuestión no se recuperó, y hubo que llamar al 061 para que se lo llevasen a un hospital.
Quedó patente que los médicos en realidad no servimos para nada, sin nuestros aparatos, máquinas, y fuera de nuestro medio natural. Los radiólogos: sin poder hacer una placa... yo: como no le haga una biopsia o espero a hacerle la autopsia... otorrinos, digestólogos, traumatólogos, dermatólogos, cirujanos, ginecólogos: ni caso... los anestesistas, cardiólogos, internistas: sin fonendo, electrocardiógrafo, tensiómetro...
En fin, todo bastante patético. No me quedé al baile.

viernes, 3 de diciembre de 2010

el timo 419

Quiero pedir disculpas a todos los que seguís este blog porque he desaparecido durante un mes sin dar ninguna explicación. Ni he aparecido por este blog, ni por ningún otro, y es que he estado muy entretenida.
Lo que me ha tenido entretenida ha estado a punto de materializarse en una estafa, y es por eso que quiero contarlo aquí, para advertir y dar difusión, aunque sea pequeña, porque en la red no lo he visto denunciado.

El tema se inició hace cosa de dos meses y pico cuando, animada por un amigo, me inscribí en un portal de parejas, concretamente Parship.es (qué queréis, soy humana: de vez en cuando me dan arrebatos de no querer estar sola). Transcurrido un mes, el movimiento era escaso, y los contactos nulos (la verdad es que yo tampoco ponía mucho de mi parte).
De repente contactaron conmigo en inglés dos tipos, uno desde Londres y otro desde Dubai, con historias distintas, pero con algunos rasgos en común. Tras cruzarnos varios mails, dejó de interesarme el de Dubai y seguí la comunicación con el de Londres, vía mail y por chat, lo que me ocupaba el escaso tiempo sin trabajar de que dispongo. Me facilitó algunos datos que yo podía comprobar, y lo hice: una dirección que confirmé en google que existía, y un número de teléfono con prefijo internacional 44 del Reino Unido al que llamé y me contestó, aunque sólo hablé con él unos segundos, porque me costaba entenderle y pensé que mi listening necesitaba mejorar mucho.

Para resumir la historia, se trataba de un irlandés bien situado cuya ex-mujer murió de cáncer meses después de divorciarse, hace unos tres años. Freelance como computer consultant, solo en el mundo a excepción de un hijo que estudiaba en una universidad de Londres y al que adoraba, por supuesto. Me mandó una foto suya, con una pinta de irlandés indiscutible.
Estaba en Londres terminando un proyecto de trabajo, había viajado por muchos países y anteriormente había trabajado en Barcelona, cuyo ambiente le encantaba, igual que las mujeres españolas, así que pensaba instalarse aquí al acabar el proyecto actual.

Debo decir que leo toda la literatura referente a mi trabajo en inglés, pero es muy especializada. No tengo oportunidad de mantener conversaciones ni leo en inglés nada que no sea de patología, así que mi nivel no es especialmente elevado. Por ello aunque me chocaban algunas expresiones, tiempos verbales y sintaxis que utilizaba en sus mails y en el chat, pensaba que mis conocimientos de inglés coloquial son muy escasos.

Naturalmente mi interés fue aumentando, al notar el suyo y sus ganas de venir a Barcelona a conocerme. Acabó su proyecto y concretó la fecha de su viaje, enviándome la confirmación de KLM de su vuelo.
A todo esto he de añadir que se interesaba mucho por mis hijos, siempre me preguntaba por ellos, sobre qué hacían, dónde estaban, les daba recuerdos... Su hijo pasaba unos días con él y también me enviaba saludos, incluso llegó a escribirme un mail adjuntando una foto.

Así se fue preparando el terreno, hasta que unos días antes de venir, le surgió una entrevista de trabajo en Nigeria, y aunque debía viajar allí, aquéllo "no cambiaba los planes" porque sólo estaría un día. Viajaría con su hijo, a quien le hacía gracia ver otros lugares, y así además no iría solo.
Aquí se me subió la antena aunque todavía daba crédito. Se suponía que desde Nigeria me escribiría, puesto que se llevaba el portátil.
Y efectivamente, me escribió. Para contarme una película tan inverosímil que hasta yo, que soy una ingenua, no me tragué. Pero por aquéllo de... ¿y si fuera cierto?, le contesté. También me llamó por teléfono desde un número nigeriano (comprobé el prefijo inmediatamente), y esta vez ya pude hablar con él y escucharlo algo más , de manera que en seguida me di cuenta que de británico tenía menos que yo, y entendí por qué me parecía que llevaba una zapatilla en la boca: su inglés era africano, concretamente nigeriano. Nos cruzamos varios mails y llamadas de teléfono pero no consiguió nada.

Para hacerlo corto, el cuento era que al llegar a Nigeria, un taxista los había engañado y los asaltaron unos hombres armados que les pidieron todo lo que llevaban encima. El hijo, con su espíritu joven y rebelde, se había negado, le habían disparado en la cabeza y se encontraba en coma en el hospital. Lo había denunciado a la policía quien no le había hecho mucho caso, había acudido a la embajada donde tampoco, y su banco al que llamó para pedir dinero no tenía oficina por allí. Naturalmente, tenían que hacerle una radiografía a vida o muerte para saber dónde estaba alojada la bala, que costaba 750€. No quería pedírmelo, pero no tenía otra opción, me lo devolvería, y me imploraba por favor que salvase la vida de su hijo.
Evidentemente se acabó la comunicación.

Lo primero que hice fue denunciarlo a la webmaster de Parship, quienes me contestaron inmediatamente y eliminaron su perfil de la página.
Gracias a la inestimable ayuda de Patsy, aprovechando que estuve en Madrid, comprobamos que el número de teléfono que me había dado, aunque tiene el prefijo de Reino Unido, se sigue de diez cifras, las dos primeras 70, lo que le hace ser un número especial que puede hacer y recibir llamadas desde cualquier lugar. Puede contratarlo cualquiera, pero los británicos no suelen hacerlo porque es caro.
Estaba convencida de que el otro tipo que me escribió desde Dubai era otro timo parecido, y comprobé que el número de teléfono que me dio también tenía las mismas características. También comprobamos que la dirección que me había facilitado no correspondía a ningún hotel, donde se suponía que vivía en Londres. Quisimos averiguar las IP y su localización desde donde mandaban los mail, pero ahí no conseguimos nada.

Debo confesar que me fastidió bastante, y empecé a buscar información por internet. La red va plagada del llamado timo o estafa nigeriana, que también se denomina timo 419 porque es el artículo del código penal nigeriano que infringe, y tiene múltiples variantes, siempre ofreciendo comisiones sustanciosas al colaborar para cobrar una herencia, o una lotería, donaciones a ONG y otras. Falsifican sellos, firmas y membretes oficiales y suelen ser timos bastante elaborados. No siempre operan desde Nigeria, pero el timo se ha quedado con ese nombre.

Sin embargo, no he encontrado nada en relación a páginas de contactos, y estoy segura de que tiene que haberlo. He vuelto a indagar en el portal y, sabiendo lo que sé, he visto más de un perfil que huele a timo nigeriano.

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