viernes, 12 de diciembre de 2008

Richard Serra

Richard Serra es un escultor norteamericano nacido en San Francisco en 1939, catalogado como minimalista, y al que yo tildaría de colosal. Colosal en el sentido de que sus obras son colosos.
Realiza enormes esculturas en acero, a las que dota de movimiento con sus formas.

Debo reconocer que yo no lo conocía hasta que fui al museo Guggenheim de Bilbao, donde se exhibe de forma permanente su obra La materia del tiempo, un conjunto de elipses, espirales, formas sinuosas a través de las cuales uno puede pasear experimentado extrañas sensaciones.
Y me gustó mucho.

Hoy ha sido condecorado con la Orden de las Artes y las Letras de España, distinción honorífica que ha creado el Ministerio de Cultura para reconocer a instituciones o personas que hayan contribuido a la difusión internacional de nuestra cultura, y de la cual Richard Serra es el primer galardonado.

A raíz de esta noticia he querido saber qué otras obras tiene y su relación con España, y me he encontrado con un hecho sorprendente:

En 1987 el Ministerio de Cultura compró al escultor, por 36 millones de pesetas (250.000 euros), una escultura realizada en 1986 denominada Equal-Parallel/Guernica-Bengasi, que pesaba 38 toneladas. La obra consistía en 4 paralelepípedos de acero, dos de 15 toneladas cada uno, y otros dos más pequeños, de 4 toneladas cada uno.
Se exhibió en el Reina Sofía, y en 1990 fue depositada en un descampado propiedad de la empresa Macarrón S.A. (no es broma, el nombre es de verdad) situado en el polígono industrial de Arganda del Rey (Madrid), bajo su custodia.
En 1993, en el inventario del museo Reina Sofía se afirmaba que la escultura estaba identificada y localizada. En otro informe de 1995 consta que la escultura se encuentra en mal estado de conservación por estar a la intemperie en un solar anejo a las naves de Macarrón.
Y a partir de aquí, ¡LA ESCULTURA HA DESAPARECIDO!

La empresa Macarrón (el nombre ya tiene guasa) quebró e hizo suspensión de pagos en 1992. En 1998 la Seguridad Social embargó el solar y las naves, con objetos contenidos, pero en el acta no consta la escultura.
En 2003 sobre el solar se construyó el Archivo General del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
En 2005, al parecer, se quiso exhibir otra vez la obra, y el Ministerio de Cultura se la reclamó a Jesús Macarrón, gerente de la empresa, quien manifestó desconocer su paradero.
El caso pasó a manos de la Brigada de Delitos contra el Patrimonio Histórico, quienes en 2006 horadaron el jardín del Archivo, convencidos de que la escultura estaba enterrada allí, puesto que los rastreos con detectores de metales indicaban que había una gran cantidad de material metálico. La sorpresa fue cuando resultó ser la base de una torre de alta tensión.

No parece probable que la escultura haya sido fundida para aprovechar el acero, lo que costaría más que su beneficio. Si ha sido vendida de forma fraudulenta, ¿cómo se transporta algo así?
Es tal el embrollo que hay con el caso que ni siquiera hay un juez que se haga cargo.

Más de 10 años una escultura colosal en paradero desconocido...
¡País de pandereta...!

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