
Lo siento por Coppola, que aunque con éxito irregular, me parece un genio de la cinematografía, innovador, transgresor y original, si tenemos en cuenta películas como The Conversation, La ley de la calle (con la que Tetro tiene algunos puntos en común), Apocalypse Now, el Drácula de Bram Stoker, o los Godfather (El Padrino).
¡Hacía tiempo que no veía una película tan mala! Quitando que es en blanco y negro excepto los recuerdos del pasado (al revés que en otras películas), y que la fotografía está bastante bien, es un folletín-culebrón televisivo inaguantable, interminable e infumable.
Creo que el problema básicamente radica en el guión, que es malísimo y encima mal hilado, pero las interpretaciones de los actores están a la misma altura. No hay quien se crea a Maribel Verdú, a Vincent Gallo ni a Carmen Maura, quien encima hace un personaje completamente obviable, y deplorable. Personaje que le ofrecieron a Javier Bardem y que sabiamente rechazó. Los únicos que para mí se salvan de la quema son el joven Alden Ehrenreich y Klaus Maria Brandauer.
Dice el propio Coppola que esta película tiene retazos autobiográficos, y que no le importa si sus películas son un éxito o un fracaso.
Estas declaraciones tan sobradas me recuerdan a Albert Serra, premiado y polémico director catalán de El cant dels ocells que dijo: Prefiero la literatura al cine, pero me dedico a esto porque a pesar de que es un arte menor, es más fácil y divertido y porque gano dinero.
Lo mejor de la película, la primera escena, que muestra a Bennie (Alden Ehrenreich), recién llegado a Buenos Aires, caminando por una acera junto a un muro en el que se lee la pintada: No sueltes la soga que ata mi alma.
Dice el propio Coppola que esta película tiene retazos autobiográficos, y que no le importa si sus películas son un éxito o un fracaso.
Estas declaraciones tan sobradas me recuerdan a Albert Serra, premiado y polémico director catalán de El cant dels ocells que dijo: Prefiero la literatura al cine, pero me dedico a esto porque a pesar de que es un arte menor, es más fácil y divertido y porque gano dinero.
Lo mejor de la película, la primera escena, que muestra a Bennie (Alden Ehrenreich), recién llegado a Buenos Aires, caminando por una acera junto a un muro en el que se lee la pintada: No sueltes la soga que ata mi alma.