Camioneros

Parece ser que las cosas vuelven a la normalidad en lo que a abastecimiento se refiere, al menos para la gente de a pie, para los sufriconsumidores.
No es que se haya acabado la huelga, sino que se permite, garantizando su seguridad, a los que no la secundan, trabajar y abastecer el mercado.
Las organizaciones que convocaron el paro lo mantienen, a pesar de que la mayoría de transportistas han cerrado un acuerdo con el gobierno.
Se ha convertido en una lucha de titanes sin sentido, a ver quién aguanta más (aunque es evidente quién tiene las de perder).
No es que yo sea precisamente pro-gobierno, pero han sido capaces de negociar con un amplio sector de los camioneros, llegando a un acuerdo satisfactorio para éstos.
Se supone que una huelga se convoca cuando a través de los canales normales la patronal no negocia con los trabajadores, y negociar quiere decir regatear. Es decir, no te puedes bajar los pantalones, pero tampoco puedes mantener una postura inmovilista. Se trata de acercar posiciones.
Cuanto más poder tiene un sector, más fácil es que se enroque. Pero al final, quien tiene la sartén por el mango, es el gobierno. Y quien sufre más las consecuencias de la huelga, los de siempre. Porque lo que el gobierno pacta pagar, no sale precisamente de sus arcas, sino repercutiendo sobre los precios a los consumidores.

He oído que hay quien ha comprado 90 litros (noventa!) de leche, o tres paquetes de 24 rollos de papel higiénico...