Leo con satisfacción que las fiestas de Gràcia se están desarrollando, de momento, sin conflictos.
Ha habido años sangrientos que han hecho peligrar unas fiestas consideradas de interés nacional.
Los okupas de los que habla la noticia, que terminaron la fiesta a su hora, y se pusieron a barrer y a limpiar, no son precisamente los violentos que se dan cita en todo tipo de manifestación, y especialmente las fiestas, para meter bronca, enfrentarse a la policía, romper mobiliario urbano y sembrar el terror.
La policía está actuando sobretodo con los lateros, de los que ya hay más que bares (que ya es haber).
La violencia y el incivismo es lo que hace que muchos vecinos del barrio se marchen de vacaciones precisamente en estas fechas. Yo misma me alegro de vivir en un extremo, y no en el meollo.
Esta tarde se fallan los premios a las calles decoradas por los propios vecinos, que con mucho esfuerzo durante todo el año eligen una temática y realizan los adornos, en su mayor parte con material reciclado. La calle Verdi a menudo se lleva la palma, suele tener una decoración espectacular muy elaborada, pero las calles más modestas no se quedan atrás, pues donde no llega la tecnología llegan la imaginación y la maña, que parece mentira lo que dan de sí las botellas o las garrafas de agua.
Por la tarde y noche es casi imposible pasar por las calles de la multitud que hay, y para ver bien los decorados hay que ir por la mañana (cuando están hechas las fotos que os muestro). Sin embargo, en algunas calles la iluminación es protagonista, y cambia mucho por la noche, cuando aparecen luces de colores que potencian el efecto visual de los objetos.
Algún año ha caído un aguacero durante las fiestas y ha estropeado la decoración, pero casi siempre son los gamberros los que destrozan el trabajo realizado. A domingo por la mañana sólo habían roto el suelo de porexpán de un tranvía.
Las temáticas varían de un año a otro, a veces coinciden más de una calle, y son de lo más variopinto. Este año la calle Verdi es medieval, en la calle Fraternitat han representado el origen de la vida, la plaça Rovira es el fondo del mar, una parte de la calle Joan Blanques escenifica la fragilidad, otra el cuento Hansel y Gretel, la calle libertad homenajea a Japón, con múltiples figuras hechas con origami (papiroflexia)... En total, dieciséis calles engalanadas, una más que el año pasado, aunque menos que otros.
La crisis ha reducido las subvenciones, pero no se nota demasiado. En prácticamente todas las calles hay un escenario donde durante el día se realizan actividades familiares, campeonatos de juegos de mesa, comidas vecinales, talleres para niños..., y por la noche hay conciertos.
Este año la plaça del Diamant es la plaça del swing, y ahí me tenéis todos los días...!
P.D. Dicho todo lo cual, no quiere decir que no me queje de que la gente mee en la calle, vomite en cualquier parte, deje restos allá donde vaya, etc, etc.
Ha habido años sangrientos que han hecho peligrar unas fiestas consideradas de interés nacional.
Los okupas de los que habla la noticia, que terminaron la fiesta a su hora, y se pusieron a barrer y a limpiar, no son precisamente los violentos que se dan cita en todo tipo de manifestación, y especialmente las fiestas, para meter bronca, enfrentarse a la policía, romper mobiliario urbano y sembrar el terror.
La policía está actuando sobretodo con los lateros, de los que ya hay más que bares (que ya es haber).
La violencia y el incivismo es lo que hace que muchos vecinos del barrio se marchen de vacaciones precisamente en estas fechas. Yo misma me alegro de vivir en un extremo, y no en el meollo.
Esta tarde se fallan los premios a las calles decoradas por los propios vecinos, que con mucho esfuerzo durante todo el año eligen una temática y realizan los adornos, en su mayor parte con material reciclado. La calle Verdi a menudo se lleva la palma, suele tener una decoración espectacular muy elaborada, pero las calles más modestas no se quedan atrás, pues donde no llega la tecnología llegan la imaginación y la maña, que parece mentira lo que dan de sí las botellas o las garrafas de agua.
Por la tarde y noche es casi imposible pasar por las calles de la multitud que hay, y para ver bien los decorados hay que ir por la mañana (cuando están hechas las fotos que os muestro). Sin embargo, en algunas calles la iluminación es protagonista, y cambia mucho por la noche, cuando aparecen luces de colores que potencian el efecto visual de los objetos.
Algún año ha caído un aguacero durante las fiestas y ha estropeado la decoración, pero casi siempre son los gamberros los que destrozan el trabajo realizado. A domingo por la mañana sólo habían roto el suelo de porexpán de un tranvía.
Las temáticas varían de un año a otro, a veces coinciden más de una calle, y son de lo más variopinto. Este año la calle Verdi es medieval, en la calle Fraternitat han representado el origen de la vida, la plaça Rovira es el fondo del mar, una parte de la calle Joan Blanques escenifica la fragilidad, otra el cuento Hansel y Gretel, la calle libertad homenajea a Japón, con múltiples figuras hechas con origami (papiroflexia)... En total, dieciséis calles engalanadas, una más que el año pasado, aunque menos que otros.
La crisis ha reducido las subvenciones, pero no se nota demasiado. En prácticamente todas las calles hay un escenario donde durante el día se realizan actividades familiares, campeonatos de juegos de mesa, comidas vecinales, talleres para niños..., y por la noche hay conciertos.
Este año la plaça del Diamant es la plaça del swing, y ahí me tenéis todos los días...!
P.D. Dicho todo lo cual, no quiere decir que no me queje de que la gente mee en la calle, vomite en cualquier parte, deje restos allá donde vaya, etc, etc.
8 comentarios:
Conocí estas fiestas de Gracia cuando me las contó una ex amiga catalana. Me mandó una foto preciosa de sus dos niños bajo una calle techada de hojas. Desde entonces cada vez que sale en la tele la fiesta me fijo y observo. Es realmente bonito y un año tengo que ir a verlo en persona.
Pues si, la verdad es que la gente es muy cochina y muy destructiva... Por cierto ya lo sabrás pero ha vuelto a ganar la calle Verdi...
Candela, no tienes más que decírmelo cuando te apetezca venir a verlas (o a lo que sea), serás bienvenida.
Calamarin: Parece que ser cívico esté mal visto, no entiendo.
En los últimos 5 años, la calle Verdi ha ganado en 4. El año pasado no ganó, y yo me alegré, porque no me gustó nada el tema que utilizaron: la lucha mejicana.
Perdí un amigo que vivía en Gracia, y ya no he vuelto por ese barrio que me encanta. Esas placitas, esas tienditas de barrio.
El vandalismo desgraciadamente no se limita solo a las fiestas y celebraciones (esa fuente de canaletas) ni, claro está, tampoco a Barcelona. Romper mobiliario urbano, y hacerse los valientes frente a unos policías que,bien lo saben los provocadores, raramente pasarán a mayores, se ha convertido en lo más de la noche.
Claro que no creo que se arregle disculpando a esos jóvenes porque su tía Antonia que no les regañó cuando tiraron el primer papel al suelo. O echando la culpa a Zapatero por la falta de perspectivas. O al capitalismo por todo lo demás.
Y esto lo digo porque me lo veo venir.
Molano, sé que no consuela, pero ya tienes una amiga en Gràcia (que no de dios).
Yo no justifico a los vándalos en ningún caso. No me vale lo de la infancia difícil, ni el sistema, ni nada.
Gracias, maikix. Cuenta con ello y con Graná cuando te apetezca.
Un beso
Gracias amiga en Gràcia , que no Engracia sino maikix, o sea que no tengo palabras. Un abrazo.
Niña, Gracia es la mejor zona para vivir. Cuando decidí quedarme en Barcelona, elegí ese barrio y realmente fue genial. Espero volver algún día.
Las fiestas no las disfrute en su plenitud pero lo que nunca me perdí fue Sant Medir.
:-)
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