sábado, 24 de enero de 2009

Día negro

Tenía intención de escribir sobre otra cosa, pero los acontecimientos me obligan a cambiar.

Catalunya comparte con Inglaterra su interés por la meteorología, y entre los catalanes, como entre los ingleses, es un tema de conversación frecuente.
El tiempo tiene un espacio destacado con muchos minutos en los informativos, y en ninguna otra televisión como en la catalana, se da una información tan exhaustiva.
Probablemente la razón es la variada y cambiante climatología ocasionada por la peculiar orografía de nuestro país.

Así, estamos avezados en las altas y bajas presiones, los cúmulonimbos, la gota fría, la temperatura de sensación o el significado de las isóbaras muy juntas.

Y de la misma manera, la facultad de físicas produce cantidad de meteorólogos, que son bien valorados, respetados y requeridos en muchos medios.

Por todo ello, estábamos al corriente del temporal de fuertes vientos que se esperaba para este fin de semana.
Las consecuencias materiales del temporal, sobre el mobiliario urbano, los árboles arrancados de raíz y cayendo sobre coches, obstruyendo carreteras, tejados volando... eran previsibles.
Pero las pérdidas humanas siempre nos pillan desprevenidos. Sobretodo, cuando se trata de niños.

No he podido evitar que se me cayeran las lágrimas cuando he escuchado la tragedia que se ha producido en Sant Boi.
Las rachas de viento, que han superado de forma mantenida los 100 km/h (en algunos lugares se ha llegado a los 200 km/h), han arrancado un tejado de unas instalaciones en un campo de béisbol donde entrenaban unos niños, que ha ocasionado el desplome de los muros que lo sostenían, y han caído sobre los niños que se refugiaban del viento. Cuatro niños han fallecido, y otro más se encuentra grave.

No digo que me sean indiferentes las muertes de adultos (ha habido 6 víctimas más a causa del temporal, tres en Catalunya, 2 en Galicia y una en Burgos), pero soy incapaz de expresar el dolor que me produce el sufrimiento de los niños. ¡Ni siquiera he podido ver películas como La vida es bella!

No puedo ponerme en el lugar de las madres, siéndolo yo. No concibo mayor dolor, desesperación e impotencia que la pérdida de un hijo.

2 comentarios:

PATSY SCOTT dijo...

Hoy todas somos las madres de San Boi. Flaco consuelo.
No consigo encontrar palabras ni en inglés ni en español que describan mejor lo que siento: Je suis désolée.

maikix dijo...

Empiezan a buscarse responsabilidades, como siempre ocurre aquí, cuando pasa una desgracia. ¿Cuándo aprenderemos a hacer bien las cosas desde el principio, sin tener que lamentar víctimas?
En otro orden de cosas, Patsy, me asombra tu conocimiento de idiomas!
Un beso.

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