jueves, 20 de noviembre de 2008

Santa Clara

Ya tardaba, José Bono, en organizar una movida de las suyas.
La iniciativa de colocar una placa conmemorativa a Sor Maravillas en el Congreso, no partió de él, sino de Jordi Fernández Díaz, diputado del PP y miembro del Opus Dei, pero la idea le pareció estupenda a aquél, y la secundó.

En el Congreso español, cámara de representantes de un estado aconfesional, únicamente existen placas de los reyes, y de Clara Campoamor.

La de los reyes, ¡qué remedio!, estamos en una monarquía parlamentaria.

Santa Maravillas nació en 1891 y murió en 1974. Clara Campoamor nació en 1888 y murió en 1972. Es decir, fueron coetáneas, únicamente se llevaban 3 años.

Sor Maravillas, canonizada en el 2003 (en la tarjeta de presentación, Santa Maravillas de Jesús, virgen), nació en un edificio de la Carrera de San Jerónimo, que pertenece ahora al Congreso de los Diputados. Por este motivo, y porque sufrió persecución durante la guerra civil por las tropas republicanas, se pretende homenajear con una placa a la monja.
La vida de esta carmelita era de continuo sacrificio y sumisión, y un infinito deseo de ser humillada. Se le atribuyen frases como: Déjate mandar. Déjate sujetar y despreciar.
Dormía vestida y sentada en el suelo, entre 3 y 5 horas. A los 5 años (?) hizo voto de castidad.
Su milagro más famoso fue el de salvar a un niño argentino de 18 meses que, según sus padres, parecía haberse ahogado al caer en una piscina. Lo trasladaron en parada cardiorrespiratoria al hospital, pero su madre rezó a la madre Maravillas, hasta que se recuperó.

Clara Campoamor fue diputada durante la II República, y consiguió que se aprobase el derecho al voto para todas las españolas, en igualdad con los hombres, por primera vez en la historia, hace 77 años (¡solamente!).

En esos tiempos, los diputados pretendían retrasar el reconocimiento del voto femenino hasta que las mujeres dejaran de ser retrógradas (Álvarez Buyita), o porque las mujeres son histéricas por naturaleza (Novoa Santos), o proponían no incluirlo en la Constitución para poder negarlo si no votaban de acuerdo con el gobierno (Guerra del Río), o reducirlo a mayores de 45 años (!!!) porque antes la mujer tiene reducida la voluntad y la inteligencia (Ayuso).

Gracias a la tenacidad de Campoamor, el 1 de octubre de 1931 el pleno del Congreso de Diputados aprobó el artículo 36 de la Constitución de la II República española que reconocía el derecho de las mujeres al voto, que se ratificó el 1 de diciembre, por 131 votos a favor (28%) frente a 127 (27%), con una ausencia del 45% de los diputados.

A lo que hizo Clara sí lo llamo yo un milagro, en los tiempos que corrían. Luchar por los derechos de una mitad de la humanidad. Y me parece muy bien que tenga una placa conmemorativa en el Congreso.

¡Qué menos!

2 comentarios:

PATSY SCOTT dijo...

No sé con qué se desayuna Bono pero no da tregua. Sólo le faltó proponer además, a Sor Maravillas como patrona de la mujer maltratada!!
Precioso tu homenaje a Clara Campoamor al que me sumo.
Vuelvo a repetirlo: Me encanta tu blog y te echo de menos cuando pasas más de dos días sin escribir. Un beso.

maikix dijo...

Hola, Patsy!

Gracias, como siempre, por tus palabras. Últimamente estoy inundada de trabajo por todas partes, y paso por el blog de puntillas, sin tiempo para dedicarle, cosa que me da mucha rabia, porque me encanta comentar cosas que pasan, y de paso "charlar" con personas como tú.
Un beso.

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