lunes, 13 de octubre de 2008

Tiro por la espalda

Me han pegado un tiro por la espalda. Creía, estúpida ingenua, que esas cosas sólo pasaban en la ficción, o a otras personas, no a mí.

Afortunadamente llevaba chaleco antibalas, así es que sobreviviré.

Pero duele igual, que es mucho. No la bala en sí, sino la traición. Cuando confías plenamente en alguien, es como si pusieses tu vida en sus manos. Y si te falla, no hay vuelta atrás.

Dime de lo que presumes, y té diré de qué careces. Quien más alardea de la confianza y la reclama es en quien menos se debe confiar.

Según el diccionario de la RAE, la palabra confianza tiene las siguientes acepciones, no excluyentes las unas de las otras:

1. Esperanza firme que se tiene de alguien o algo.
2. Presunción y vana opinión de sí mismo.
3. Familiaridad en el trato.
4. Persona en quien se puede confiar.
5. Cosa cuyo funcionamiento es adecuado o seguro.
6. Ánimo, aliento, vigor para obrar.

Demasiadas para las mentes necias. Entonces, se acogen sólo a las que les conviene, que suelen ser las facilitas: la familiaridad en el trato, y la vana opinión de sí mismo.

No creo en Dios, ni en ninguna religión, no creo en los políticos, no creo en prácticamente nada. Los que me conocen saben de mi honestidad tanto como de mi pesimismo: creo que si algo es susceptible de empeorar, lo hará. Pero en el fondo, creía en las personas.

Hace mucho tiempo conocí a alguien que pensaba que todo el mundo es malo y desconfiable mientras no se demuestre lo contrario, y se reía de mi candidez. Debo decir que la persona en cuestión era de poco fiar (piensa el ladrón que todos son de su condición).

Yo siempre me he resistido a esa creencia, y he seguido el patrón contrario: todo el mundo es bueno, mientras no me demuestren lo contrario. Vivo la fantasía de que todo el mundo actúa como yo lo haría. Hasta que llega alguien que te pega un bofetón, y te dice: ¡DESPIERTA!

¡Debo dejar de ir con el puto lirio en la mano!

¿Que otro muerda el polvo? ¡Ja!
En este mundo estamos los que hemos nacido para morder el polvo, y el resto.
Me queda el consuelo de escribirlo aquí, que me alivia. Quizá debería cambiar el título.

El dolor pasará, siempre se pasa, lo sé por experiencia.

Pero, por favor, que alguien me diga cómo se quitan las náuseas...!!!


5 comentarios:

PATSY SCOTT dijo...

Maikix, no podrán nunca las balas ni las puñaladas traperas contra las flores.
La vida da muchas vueltas y las nauseas acaban remitiendo. Y por favor que no se te ocurra soltar el puto lirio.
Un beso y ánimo.

maikix dijo...

Gracias por tus palabras de aliento, Patsy.
Que haya gente que, sin conocerte personalmente, empatice contigo, es lo que permite mantener un rayito de esperanza en la confianza en las personas.
Un beso.

Unknown dijo...

Hola, conozco bien esa sensación, sólo puedo decirte que se sale, que las náuseas se pasan, les cuesta irse pero se van...Ánimo y por favor no tires el lirio...

Anónimo dijo...

Este artículo tuyo de la traición me recuerda lo vivido hace muy poco tiempo por mí misma, pero no fui capaz de resumir la experiencia con esa sabiduría tuya. En el momento del dolor llegué a escribir hasta 15 folios y me paré sin terminar. Son demasiados dolores los que causa una traición (y no hablo de la traición de pareja, al menos en mi caso). Ahora, en el momento de las náuseas, me sería más fácil escribirlo, pero ahora ya no me apetece. En cambio busco palabras de otras personas que cuenten "mi experiencia". En las tuyas la he encontrado. Gracias.

maikix dijo...

Gracias, Sonia.
Gracias, Candela.
Una vez, alguien me dijo que cuando me enfadase, escribiese hasta hartarme, todos los sentimientos que estaba experimentando. Yo lo hacía, hasta que ya no sabía qué escribir, y la rabia no se me iba. Cuando se lo conté a este "experto", me explicó que no se trataba de expulsar la rabia en lo que escribía, que no se me pasaría. De lo que se trataba era de que me aburriese de tener que escribir cada vez que me enfadase, y así no me enfadaría! Ja,ja,ja. Naturalmente, no dio ningún resultado. Me está siendo mucho más beneficioso escribir aquí, donde veo que hay personas que me entienden y saben de lo que hablo...
Gracias una vez más.

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