En su lugar, he visto un par: Happy-go-lucky y El nido vacío.
La primera me daba un poco de miedo, aquí la han titulado Happy, un cuento sobre la felicidad, y me recordó otra que vi hace un tiempo: Odette, una comedia sobre la felicidad, y que no me gustó nada. Sin embargo, no tiene nada que ver. Happy me pareció mucho más realista, aunque la protagonista, Poppy, tiene un poco de Odette, pero el mundo en el que se desenvuelve es el de verdad, y su contrapunto en la película, el instructor de autoescuela, lo hace verosímil. También éste, en su exagerado pesimismo y misantropía, podría interpretarse como caricatura.
El nido vacío, una película argentina de Daniel Burman, me ha decepcionado un poco. Es una buena película, con excelentes interpretaciones (Cecilia Roth y Óscar Martínez) y buenos diálogos, pero no me ha causado ni frío ni calor. De este mismo director había visto El abrazo partido, que me gustó muchísimo, y Derecho de Familia, que también me gustó, un poco menos.
Vaya por delante que soy cinéfila, pero no entendida, por lo que mi crítica tiene poco valor. Las interpretaciones me parecen buenas si los intérpretes me hacen creer el personaje y me hacen olvidar que estoy viendo algo de ficción. Los diálogos me gustan si son creíbles y me hacen pensar. Y el guión me atrapa si está bien hilado, tiene consistencia, y me conmueve de alguna manera, me hace sentir. Y la verdad es que me ha removido más Happy que El Nido vacío.
Sin embargo, ésta está considerada como un inteligente retrato psicológico de un hombre en crisis, y aquélla, aunque también recibe elogios, es tildada de película simple.
Será que no las he entendido, como el personaje que responde la pregunta de matemáticas de la imagen y que me parece genial...
La primera me daba un poco de miedo, aquí la han titulado Happy, un cuento sobre la felicidad, y me recordó otra que vi hace un tiempo: Odette, una comedia sobre la felicidad, y que no me gustó nada. Sin embargo, no tiene nada que ver. Happy me pareció mucho más realista, aunque la protagonista, Poppy, tiene un poco de Odette, pero el mundo en el que se desenvuelve es el de verdad, y su contrapunto en la película, el instructor de autoescuela, lo hace verosímil. También éste, en su exagerado pesimismo y misantropía, podría interpretarse como caricatura.
El nido vacío, una película argentina de Daniel Burman, me ha decepcionado un poco. Es una buena película, con excelentes interpretaciones (Cecilia Roth y Óscar Martínez) y buenos diálogos, pero no me ha causado ni frío ni calor. De este mismo director había visto El abrazo partido, que me gustó muchísimo, y Derecho de Familia, que también me gustó, un poco menos.
Vaya por delante que soy cinéfila, pero no entendida, por lo que mi crítica tiene poco valor. Las interpretaciones me parecen buenas si los intérpretes me hacen creer el personaje y me hacen olvidar que estoy viendo algo de ficción. Los diálogos me gustan si son creíbles y me hacen pensar. Y el guión me atrapa si está bien hilado, tiene consistencia, y me conmueve de alguna manera, me hace sentir. Y la verdad es que me ha removido más Happy que El Nido vacío.
Sin embargo, ésta está considerada como un inteligente retrato psicológico de un hombre en crisis, y aquélla, aunque también recibe elogios, es tildada de película simple.
Será que no las he entendido, como el personaje que responde la pregunta de matemáticas de la imagen y que me parece genial...
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