
Hacía más de dos años y medio que no iba al ginecólogo.
Ya sé, ya sé. Después de la bronca que eché con lo de Jade Goody, no tengo perdón. Pero también es verdad que, sabiendo que la causa del cáncer de cuello de útero es el VPH o virus del papiloma humano, tras una citología negativa, en la que no hay rastro de virus, si las relaciones sexuales son con la misma pareja, o inexistentes, se puede espaciar la siguiente citología, porque supuestamente no hay contagio posible.
En principio la revisión ginecológica es para la detección precoz del cáncer del cuello uterino, mediante la citología vaginal. Ya dije que gracias a ella la prevalencia de este tipo de cáncer en el mundo occidental ha disminuído drásticamente. Pero no sólo es para eso. En la revisión también se realiza una palpación sistemática de los pechos y las axilas para la detección igualmente precoz del cáncer de mama, y visualización de otras partes del aparato genital (útero, ovarios) mediante ecografía. También para descartar otras infecciones del área genital distintas al VPH. Y por supuesto, para la orientación sobre los métodos anticonceptivos adecuados a cada persona.
Tengo el mismo ginecólogo desde hace 25 años, y la visita anual nunca me había supuesto ningún problema. Cuando hablaba con amigas y compañeras, oía siempre los mismos comentarios: la incomodidad de espatarrarte (sobre una camilla parecida a un potro de tortura) ante un desconocido, por muy especialista que sea, que te meta un espéculo en la vagina, mire y hurgue en lo más íntimo de tu anatomía, descubriendo cosas que ni tu pareja conoce. Muchas mujeres prefieren ser visitadas por una ginecóloga. A mí me daba igual, jamás me había incomodado hasta ahora, pero las dos últimas veces que me he visitado me ha dado muuuuuuucha pereza.
No sé exactamente la razón, si es el mismo ginecólogo de siempre, y me conoce hasta las amígdalas. No creo que sea por la posibilidad creciente con la edad de la existencia de enfermedades, no soy hipocondríaca.
El año pasado me detecté un nódulo en la mama por el que me preocupé. No fui al ginecólogo, sino que directamente me dirigí al servicio de radiología del hospital para que me hiciesen una mamografía. Me hicieron mamografía y ecografía, y resultó ser un quiste benigno, con líquido dentro. Sabiendo lo que era y ya tranquila, ni siquiera me planteé pincharlo y vaciarlo, como suele hacerse.
Ayer me lo tocó el ginecólogo (seguía ahí, impasible), me hizo una ecografía, y decidió pincharlo. Sabía que no dolía el pinchazo, pero no contaba con que luego me estrujaría literalmente para vaciarlo.
¡Qué c*b*ón! Me dejó el pecho completamente dolorido, que no puedo ni rozarme, con un buen morado.
Creo que la pereza e incomodidad que siento ahora ante la visita al ginecólogo es precisamente porque es hombre. Si te aconseja sobre un método anticonceptivo, puede hacerlo profesionalmente pero además empatizar como hombre y como persona. Pero si aparece alguna patología, el ginecólogo hombre no puede ponerse en tu lugar, jamás experimentará algo parecido.
Ya sé, ya sé. Después de la bronca que eché con lo de Jade Goody, no tengo perdón. Pero también es verdad que, sabiendo que la causa del cáncer de cuello de útero es el VPH o virus del papiloma humano, tras una citología negativa, en la que no hay rastro de virus, si las relaciones sexuales son con la misma pareja, o inexistentes, se puede espaciar la siguiente citología, porque supuestamente no hay contagio posible.
En principio la revisión ginecológica es para la detección precoz del cáncer del cuello uterino, mediante la citología vaginal. Ya dije que gracias a ella la prevalencia de este tipo de cáncer en el mundo occidental ha disminuído drásticamente. Pero no sólo es para eso. En la revisión también se realiza una palpación sistemática de los pechos y las axilas para la detección igualmente precoz del cáncer de mama, y visualización de otras partes del aparato genital (útero, ovarios) mediante ecografía. También para descartar otras infecciones del área genital distintas al VPH. Y por supuesto, para la orientación sobre los métodos anticonceptivos adecuados a cada persona.
Tengo el mismo ginecólogo desde hace 25 años, y la visita anual nunca me había supuesto ningún problema. Cuando hablaba con amigas y compañeras, oía siempre los mismos comentarios: la incomodidad de espatarrarte (sobre una camilla parecida a un potro de tortura) ante un desconocido, por muy especialista que sea, que te meta un espéculo en la vagina, mire y hurgue en lo más íntimo de tu anatomía, descubriendo cosas que ni tu pareja conoce. Muchas mujeres prefieren ser visitadas por una ginecóloga. A mí me daba igual, jamás me había incomodado hasta ahora, pero las dos últimas veces que me he visitado me ha dado muuuuuuucha pereza.
No sé exactamente la razón, si es el mismo ginecólogo de siempre, y me conoce hasta las amígdalas. No creo que sea por la posibilidad creciente con la edad de la existencia de enfermedades, no soy hipocondríaca.
El año pasado me detecté un nódulo en la mama por el que me preocupé. No fui al ginecólogo, sino que directamente me dirigí al servicio de radiología del hospital para que me hiciesen una mamografía. Me hicieron mamografía y ecografía, y resultó ser un quiste benigno, con líquido dentro. Sabiendo lo que era y ya tranquila, ni siquiera me planteé pincharlo y vaciarlo, como suele hacerse.
Ayer me lo tocó el ginecólogo (seguía ahí, impasible), me hizo una ecografía, y decidió pincharlo. Sabía que no dolía el pinchazo, pero no contaba con que luego me estrujaría literalmente para vaciarlo.
¡Qué c*b*ón! Me dejó el pecho completamente dolorido, que no puedo ni rozarme, con un buen morado.
Creo que la pereza e incomodidad que siento ahora ante la visita al ginecólogo es precisamente porque es hombre. Si te aconseja sobre un método anticonceptivo, puede hacerlo profesionalmente pero además empatizar como hombre y como persona. Pero si aparece alguna patología, el ginecólogo hombre no puede ponerse en tu lugar, jamás experimentará algo parecido.