Poco me imaginaba yo cuando empecé en esto del swing que había tanta gente que baila Lindy Hop y tantas actividades para poder disfrutarlo en Barcelona. Si quieres, puedes bailar TODOS los días del año.
Ayer fui por primera vez a bailar a la Sala Apolo. Hacía tiempo que me lo recomendaban, pero no había tenido oportunidad de ir.
Un domingo al mes en esta mítica sala de baile de Barcelona, que recuerda a la Paloma, se puede escuchar música swing en vivo con la Barcelona Jazz Orquestra, y bailarla (si te atreves).
Va gente de todo tipo, desde los que no bailan y sólo van a escuchar la música, hasta los que se exhiben, pasando por los que estamos empezando en esto del Lindy o los avanzados.
Hay que ir con los tobillos reforzados, porque los golpes son frecuentes, por la frenética y exaltada actividad de la pista de baile. Sin ir más lejos, ayer mientras bailaba con un compañero de la academia éste le dio un golpe a una chica que bailaba al lado, ¡y la tiró al suelo!
El ritmo varía desde el lento (es más difícil bailar lento que rápido, bailar bien, me refiero) hasta el más trepidante difícil de seguir, pero hay gente que se atreve a todo: Ayer dos parejas hicieron una exhibición de baile con un solo de batería...!!!
Un pequeño inconveniente, como siempre, es la falta de personal masculino. Siempre predominamos las mujeres, y los hombres en estos menesteres van muy buscados. Algunas chicas que saben más se atreven a hacer de chico y bailar con otras chicas. En cambio pocos hombres se quedan un baile parados, mientras hay decenas de mujeres alrededor de la pista acechando a los bailadores para pillarlos al vuelo a la que se acaba la pieza. Un poco patético, para mi gusto, pero es lo que hay. Si quieres bailar, tienes que echarle morro y acosar a los bailadores.
Yo no lo he desarrollado todavía (el morro), me cuesta más que el propio baile. No es porque piense que me tengan que sacar a mí. Si supiera bailar bien, no me importaría, pero como no es el caso, que estoy en pañales, pienso que después de bailar conmigo me van a odiar y nunca más van a querer hacerlo.
Y es una mala política, porque aunque parezca de perogrullo, como más se aprende a bailar es bailando. Quiero decir que la academia es insuficiente.
Ya he conocido a varias chicas que en poco tiempo han hecho avances espectaculares porque no tienen vergüenza (o se la tragan) y sacan a bailar hasta los master del universo del Lindy.
Ayer fui por primera vez a bailar a la Sala Apolo. Hacía tiempo que me lo recomendaban, pero no había tenido oportunidad de ir.
Un domingo al mes en esta mítica sala de baile de Barcelona, que recuerda a la Paloma, se puede escuchar música swing en vivo con la Barcelona Jazz Orquestra, y bailarla (si te atreves).
Va gente de todo tipo, desde los que no bailan y sólo van a escuchar la música, hasta los que se exhiben, pasando por los que estamos empezando en esto del Lindy o los avanzados.
Hay que ir con los tobillos reforzados, porque los golpes son frecuentes, por la frenética y exaltada actividad de la pista de baile. Sin ir más lejos, ayer mientras bailaba con un compañero de la academia éste le dio un golpe a una chica que bailaba al lado, ¡y la tiró al suelo!
El ritmo varía desde el lento (es más difícil bailar lento que rápido, bailar bien, me refiero) hasta el más trepidante difícil de seguir, pero hay gente que se atreve a todo: Ayer dos parejas hicieron una exhibición de baile con un solo de batería...!!!
Un pequeño inconveniente, como siempre, es la falta de personal masculino. Siempre predominamos las mujeres, y los hombres en estos menesteres van muy buscados. Algunas chicas que saben más se atreven a hacer de chico y bailar con otras chicas. En cambio pocos hombres se quedan un baile parados, mientras hay decenas de mujeres alrededor de la pista acechando a los bailadores para pillarlos al vuelo a la que se acaba la pieza. Un poco patético, para mi gusto, pero es lo que hay. Si quieres bailar, tienes que echarle morro y acosar a los bailadores.
Yo no lo he desarrollado todavía (el morro), me cuesta más que el propio baile. No es porque piense que me tengan que sacar a mí. Si supiera bailar bien, no me importaría, pero como no es el caso, que estoy en pañales, pienso que después de bailar conmigo me van a odiar y nunca más van a querer hacerlo.
Y es una mala política, porque aunque parezca de perogrullo, como más se aprende a bailar es bailando. Quiero decir que la academia es insuficiente.
Ya he conocido a varias chicas que en poco tiempo han hecho avances espectaculares porque no tienen vergüenza (o se la tragan) y sacan a bailar hasta los master del universo del Lindy.
11 comentarios:
bueno también puede ser divertido eso de acosar a los bailadores... aunque no sea elegante ni fino... (una experiencia más)
Supongo que es cuestión de lanzarse. Como dices, igual hasta es divertido. Pero me cuesta... uf!
Recuerdo cuando necesariamente tenías que sacar a bailar a una chica si querías bailar (aunque fuera separado)y lo habitual es que ellas dijeran que no todo el rato. Hay respuestas que se hicieron famosas como aquella de la chica de un pueblo: "servidora no baila, pero aceptaría gustosa una copita de anis."
Voy a ir a la Sala Apolo solo para vengarme y decir que no.
Me encanta todo este tipo de actividades. ¿cómo pueden decir algunas gentes que se aburren?. Dios mio, a mí me falta tiempo para hacer todo lo que quiero o me gustaría. Lo del bailoteo es muy sano, bueno y divertido tanto para la mente como para el body. Yo estoy con el flamenco, tipo sevillanas, rumbas y demas y es estupendo. Mira, aquí no tienes problemas de pareja masculina, si no hay o bailas sola o con otra muhé.
Pero en común: la verguenza. A veces me escondo para no tener que bailar cuando veo a algunas "desgraciás" que se mueven como si hubieran nacido ya bailando.
Parece que te lo has pasado muy bien. Me alegro. Aquí en Madrid hay un local que si bien no es para bailar, se escucha un jazz melódico elegante, suave: las copas entran sin sentir y la cartera se va vaciando con la velocidad del rayo. Se llama Café Berlín, al lado de Callao.
Saludos.
Jajajajaja.... Molano, yo de ti también me vengaría!
En esa época pensaba que si hubiera nacido chico, me habría quedado en un rincón sin bailar, estoy segura de que no me habría atrevido a sacar a bailar a nadie.
Isabel, el baile me parece el mejor deporte que se puede practicar, con los mismos beneficios y más divertido. Yo me quedo con la boca abierta viendo a gente que baila de maravilla, y pienso... si esa ha podido, ¡yo también!
Jajaja... José Ángel, es el peligro que tienen esos sitios: estás tan a gustito, escuchando música... vas bebiendo... vas pagando...
Yo he ido en Madrid un par de veces al Café Central, hablé en el blog de él en febrero, la última vez que estuve. A finales de noviembre volveré, y espero pasar por allí. Quizá pruebe también el Berlín. ¡Gracias!
anda pos si vienes para los Madriles igual podríamos ir a algún sitio. Si te apetece nuestro e-amil está en nuestro blog
Isabel (La Otra)
Isabel, encantada y gracias. ¡Estaría bien organizar un encuentro de los que nos vemos habitualmente por aquí, el fin de semana que estaré en Madrid, a finales de noviembre!
Acabo de pasar por tu blog, no lo conocía: muy interesante y completísimo, pasaré a menudo.
Gracias por lo de nuestra web. Es una forma de conservar cosas (en mi caso la literatura y la cocina) de las que no puedo prescindir.
Por Susana (la Una) y por mi no hay problema en esas fechas. Si dices tu preferencias, podríamos cenar en algún sitio chulo
Ay me encanta bailar!!! Y me encanta verte tan lanzada. ¿Qué les pasa a los hombres? Será por aquello de "Tough men don't dance?
En la boda bailé como una posesa, pero me ganó el abuelo del novio que con 85 años se lo bailó todo - con su Sra., con las jóvenes, las menos jóvenes y cuando nadie le podía seguir ya, con los camareros.
Vas a tener la agenda completita cuando vengas, eh?? Me temo que Barcelona parece más divertida que Madrid en lo que al baile se refiere. Besos.
Jajajajaj... Patsy, ya te imagino, bailando hasta el desfallecimiento... y con el octogenario!
Imagínate que estoy con una contractura en las cervicales y voy con collarín... y no me perdí la clase de baile!
Besos.
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