domingo, 6 de junio de 2010

La estupidez

Allegro ma non troppo es una obra de Carlo Maria Cipolla (Pavía, 1922-2000), prolífico historiador económico dotado de un sentido del humor envidiable, que reúne dos ensayos publicados en 1973 y 1976 . No es ésta la obra que le dio el prestigio académico, pero sí la más popular.

El primero de los ensayos es El papel de las especias (y de la pimienta en particular) en el desarrollo económico de la Edad Media. En él, el autor, utilizando fórmulas aparentemente serias y razonamientos absurdos, llega a conclusiones estrambóticas y grotescas, como que el cinturón de castidad fue el que motivó el desarrollo de la metalurgia (para abrirlos muchos aprendían el oficio de herrero o a hacer llaves); o que la pimienta impulsó las Cruzadas y causó el boom demográfico posterior al año 1000, debido a sus efectos afrodisíacos; o que el imperio romano cayó como consecuencia del estreñimiento causado por el plomo de los recipientes. En fin, tesis muy divertidas.

En el segundo ensayo, utiliza un modelo matemático parecido a los que se usan en sociología para enunciar las Leyes fundamentales de la estupidez humana:

1. Siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación. Según Cipolla, por alta que sea su estimación, siempre nos sorprende que:
a) personas que uno creía inteligentes y racionales, resultan ser estúpidas, y que
b) día a día, estorpecen y obstaculizan la actividad normal individuos obstinadamente estúpidos, que aparecen inesperadamente en los lugares y momentos menos oportunos.

2. La probabilidad de que una persona sea estúpida, es independiente de cualquier otra característica de esa persona (raza, sexo, nacionalidad, profesión...). La falta de cultura o la marginalidad, no están exentos de estupidez, como no lo están la profesionalidad ni ostentar el premio Nobel.

3. Una persona estúpida es aquella que causa perjuicio a otra u otras sin obtener beneficio para sí misma o incluso provocándose daños. El análisis de costes y beneficios de Cipolla clasifica a los seres humanos en cuatro tipos, cada uno de los cuales ocupa un cuadrante en un sistema de coordenadas, donde la abscisa representa el beneficio (+) o (-) del individuo, y la ordenada el beneficio o coste (+) o (-) a los demás.
Los tipos que así resultan son (gráfico 1):

a) Incauto o desgraciado (D), el que beneficia a los demás causándose perjuicio a sí mismo.
b) Inteligente (I), el que se beneficia a sí mismo beneficiando a los demás.
c) Malvado o bandido (B), el que obtiene beneficios para sí perjudicando a los demás.
d) Estúpido (E), el que causa pérdidas a otros, sin obtener beneficio o incluso perjudicándose.

Bajo ciertas circunstancias una persona puede actuar como inteligente y en otras actuar como incauto. Una persona inteligente puede entender el razonamiento de un malvado, éste sigue una lógica (quiere obtener beneficios), mientras que el comportamiento del estúpido es difícil de entender y prever para un individuo razonable, de ahí su peligrosidad. Así, las relaciones con un bandido son posibles, puesto que sus maniobras son previsibles y se puede preparar una defensa. En cambio, frente a un estúpido uno está totalmente desarmado, llevará a cabo su ataque sin un plan, sin una razón, y en el momento y lugar más inesperado.
Al contrario que los individuos de las otras categorías, que son conscientes de lo que son, el estúpido no sabe que es estúpido y eso contribuye a dar más fuerza y eficacia a su poder devastador.

4. Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de los estúpidos. Esto sería fácil de entender si sólo afectase a los incautos, dada su condición, pero sorprendentemente, afecta también a los inteligentes y a los malvados, quizá llevados por la vanidad. Se puede caer en el error de pensar que el estúpido sólo se hace daño a sí mismo, pero esto es confundirlo con el incauto.

5. La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe, incluso más que los malvados. Cipolla observa (sobretodo en los individos que ostentan el poder), una alarmante proliferación de bandidos con un alto porcentaje de estupidez, a la vez que, entre los que no están en el poder, un aumento igualmente alarmante de desgraciados incautos, lo que llevará sin duda a la sociedad a la irremediable ruina.

Después de todo este exhaustivo análisis sobre la condición humana de Cipolla, miro a mi alrededor, miro en mi interior, y concluyo:

1. SOY UNA INCAUTA.
2. A MI ALREDEDOR TENGO MÁS MALVADOS QUE INTELIGENTES.

3. ES VERDAD QUE SUBESTIMABA EL NÚMERO DE ESTÚPIDOS.

9 comentarios:

Candela dijo...

Interesante estudio sobre la estupidez humana. Sobre tu conclusión, llego a la misma mirando mi entorno (laboral y de vecindario). Si eso es lo que observáramos a nuestro alrededor todas las personas, eso significaría que en el mundo hay mucha más gente mala y estúpida de lo que imaginamos. Incautos debe de haber pocos, al igual que inteligentes.

PATSY SCOTT dijo...

Llego a la misma conclusión.
Este "final de curso" (o final de año laboral hasta septiembre) me está resultando especialmente terrible debido a la cantidad de estúpidos con los que he tenido que lidiar. He llegado a dudar de mis propias convicciones por aquello de que tantos no pueden estar equivocados - y si la estúpida soy yo??

maikix dijo...

Pues yo creo que incautos hay muchos, Candela, de los que se aprovechan los malvados, y que son el blanco fácil para los estúpidos. Desde luego, lo que escasean son los inteligentes, que son los que crean riqueza en todos los sentidos.

Patsy, ¡cuántas veces me he planteado la cuestión! ¿Seré yo la que se equivoca? Simplemente porque a los malvados y a los estúpidos ni siquiera se les ocurre planteárselo, no porque tengan razón.

Besos a las dos.

Víctor González dijo...

Genial, Maikix. No conocía a este señor aunque me suena. En todo caso veo que utiliza una estrategia mental de análisis de la realidad similar a la que uso yo en mis cuentos, con la diferencia de que yo... me lo creo. Ja, ja. Me he reido a tope. Seguramente me compraré algún libro de él. Un abrazo.

PD: Con respecto a los estúpidos tengo una información secreta de primera mano. No se lo digas a nadie, pero los estúpidos... ¡no existen!

maikix dijo...

Querido Víctor, si tienes información que debamos conocer respecto a los estúpidos, ¡dínosla!
Aunque yo creo que sí que existen los estúpidos: no hay tantos malvados para hacer daño a tanta gente, porque para ser malvado, hay que tener un poco de inteligencia, y esto no abunda.

En cuanto a Cipolla, ten en cuenta que es historiador economista, así que a pesar de contar las cosas con sentido del humor, los temas son áridos. No he leído nada más de él, pero no me atrevo con cosas más específicas (y seguramente espesas).

Un abrazo.

Candela dijo...

Maikix, esta mañana he pedido leer este post a dos compañeros y una compañera de trabajo, porque hemos tenido una mañana de órdago, donde me he dado cuenta de que teníamos problemas gordos a causa de una malvada y de dos estúpidos. Me encantó este post y te lo dije. Hoy le ha encantado a más gente.

maikix dijo...

Gracias, Candela.
Quizá esta teoría de la estupidez es más políticamente correcta que la que yo conocía de antes, que decía que por cada siete personas hay un hijo de puta. Tenía contados los que había en mi departamento, y siempre me salían bastantes más, así que pensaba que en algún sitio había un paraíso... y ya veo que no está en el tuyo... ;-)

fiorella dijo...

Estúpidos o grandes irresponsables e inmaduros?.Yo creo que son más los que se hacen los estúpidos que los que lo son. Tanto malvados como estúpidos persiguen lo mismo por diferentes caminos. Un beso

maikix dijo...

Es posible que tengas razón y que algunos malvados finjan ser estúpidos y que no obtienen beneficios... De entrada, los políticos que se enriquecen y mienten más que hablan... :(((

Un beso para ti también.

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