Danzad, danzad, malditos

No sé si sólo es una impresión mía, al haberme metido en el mundillo, pero me parece que el swing está viviendo un momento de esplendor y expansión. Quizá porque en Semana Santa se celebró, como viene haciéndose desde hace trece años, la Barswingona, festival internacional de swing de Barcelona, consolidado ya como uno de los más prestigiosos de Europa, si no del mundo, y este año se han hecho eco algunos medios de comunicación, haciéndolo más visible.

Lo cierto es que al puñado de academias de baile swing (Lindy hop, Balboa, Charleston...) que existían en Barcelona, se le están sumando otras que aparecen, bien por escisión de las primeras, bien porque bailadores que llevan ya años montan las suyas. La competencia es feroz y la oferta amplia. Tanto de clases para aprender como de eventos para practicarlo.
Las propias academias montan jam-sessions, bailes al aire libre, bailes en salas con dj's o música en vivo... Y las salas de baile, casinos, centros cívicos, ofrecen sus instalaciones para realizarlas. Imposible acudir a todo, muchas se solapan.

Aunque me resulta fascinante la cantidad de chicos que bailan (no sé por qué razón, a los chicos en general les gusta menos bailar y son más reacios a aprender), que son muchos, sigue siendo insuficiente. Siempre hay excedente de chicas.
Es frecuente en los bailes ver dos chicas bailando juntas, siempre al menos una de ellas de nivel muy avanzado.
En los bailes en pareja, más o menos "agarrado", el chico (habitualmente, o leader), guía los pasos de la chica (o follower).
La responsabilidad recae sobre el leader, que improvisa el baile, decidiendo en todo momento cuál va a ser el siguiente paso. La misión del follower, naturalmente además de conocer los pasos y saber hacerlos, es estar atenta, receptiva y sensible a lo que le marque el leader, y esperar a sus indicaciones, siempre décimas de segundo por detrás de él. Así que éste debe ser claro y firme para no despistar al follower.

Un(a) follower principiante puede bailar con un(a) buen(a) leader aunque no conozca los pasos, y salir más o menos airosa. Sin embargo, se complica enormemente bailar con un leader inexperto o torpe. Es por eso que una chica puede hacer de leader, pero sólo cuando sabe mucho. También debo decir que he visto a chicos hacer de followers, pero sólo a expertos.
Es decir, no se trata, como me han dicho a veces gente ajena al baile, de que el baile sea "machista". Leader y follower cumplen cada cual un papel igual de importante y difícil en el desarrollo del baile, para que salga bien y cumpla su principal función: divertirse.

A todo esto, ya he superado los cursos de principiante y ya estoy en... ¡nivel medio! La cosa empieza a ponerse seria.
Bueno, pues a estas alturas de la película, aparte de que ya sé dar cuatro pasos... sigo como el primer día, es decir, compuesta y sin pareja de baile. Triste, pero la vida es así.

La mayoría de academias, cuando tienen una chica descuadrada (si es un chico se arregla fácil), ofrecen los servicios de un taxi. Esto es, a un chico que está en una clase de nivel superior, se le ofrece la posibilidad de hacerle de pareja sin cobrarle por la clase de nivel inferior, de manera que los dos se benefician: ella tiene pareja, y él practica más.

Así que aquí me tenéis, esperando un taxi.