Leo en La Vanguardia digital una entrevista a Iolanda Batallé, por la publicación de su segundo libro. No he leído el primero,
La memoria de las hormigas, por el que obtuvo el premio Nuevo Talento FNAC 2009 (si ningún premio me parece garantía de nada, éste aún menos), del que vendió 4000 ejemplares (se publicó en catalán), y que este año se ha editado en castellano. Y, desde luego, no pienso leer el segundo,
El límite exacto de nuestros cuerpos, que se publica en catalán y en castellano a la vez.
De entrada el título ya no me atrae, entreveo en él contradicción y a la vez gancho fácil de libro de autoayuda (cosa que, por otro lado, no pretende ser): Si realmente se refiere al cuerpo, el límite exacto es nuestra piel. Si está hablando de su superación, con ejercicios, dietas, prótesis y demás, no hay ningún límite exacto. Pero es que no está hablando en realidad del cuerpo, sino del alma, o del espíritu, o de la mente; en cualquier caso, de algo no tangible que pretende identificar con el deseo.
La entrevista no tiene desperdicio. Os pondría simplemente el enlace y ya está, pero no me resisto a comentarla. ¿Se puede decir menos con más palabras? ¿Se pueden decir más tonterías por centímetro cuadrado?
Iba a reproducir sólo una parte, pero es que no sé por dónde cortar, así es que está entera. Entre paréntesis y en rojo, mis comentarios. Ahí va:
El límite exacto de nuestros cuerpos... ¿Cuál es este límite?
¡Buena pregunta! (Además de original e inesperada) El límite exacto de nuestros cuerpos diría que es el
límite de nuestros deseos, y nuestros deseos no tienen límite (no hay más que hablar, el inicio y el final del libro están contenidos en el título).
...¿Entonces es ilimitado?
O no (depende... ¿de qué depende?), depende de los deseos de cada uno (Así que hay deseos con límite y deseos sin límite... profundo, sí señor). No, coñas aparte. Este
límite es lo que quiero investigar con este libro (¿Un libro de investigación?). No deseos entendidos
como ser amados o amar, sino deseos de supervivencia (???).
¿En qué te has inspirado para crear estas historias?
En todo y en nada (Se puede decir más alto, pero no más claro, todo está abarcado). Depende (de nuevo, es que todo es taaaaan relativo...) de cada historia.
...¿En la vida real?
No, hay muchas historias que no son en absoluto de la vida real... o
sí... (Es la mejor manera de quedar bien, ni sí ni no, sino todo lo contrario, o sí y no, más todo lo contrario) igual veo algo en la calle, o escucho a alguien, o me explican
alguna historia y la convierto. Por ejemplo, la historia de "Un amor de
verdad", yo siempre compro los tomates a un payés y me fascina su
relación con los tomates. Y a partir de aquí surge la historia. Y como
ésta, cada una (no comments).
A pesar de ser pequeñas historias independientes, ¿qué tienen en común?
Pues precisamente este deseo, pero deseo entendido de una
manera muy amplia. El libro está divido en dos partes separadas de forma
diferenciada: la primera tiene que ver con el deseo de ser amado, de
amar, aparentemente más frívola; en cambio la segunda parte es mucho más
crítica, mucho más dura. De alguna manera se ha establecido
voluntariamente para que una potencie la otra (sé de mis limitaciones, pero que alguien me lo explique, please, que no he entendido nada).
¿Con qué parte te identificas más?
Como autora yo me identifico mucho más con la segunda parte (¿La parte crítica y dura que todavía no sé de qué va?), pero la
primera tiene una voluntad de mostrar lo que vivimos todo en nuestro día
a día (¿esa es la parte frívola?). Estamos desayunando, leemos la prensa, leemos cualquier guerra y
estamos como anestesiados... y la primera parte tiene algo de esto, de
esta aparente frivolidad que no lo es (Creo que me he perdido algo, o la perdida es ella).
¿El deseo sexual es eterno o, como pasa en la historia de la "La chica y la seta", tiene fecha de caducidad?
Para estos cuentos, el deseo sí que tiene fecha de caducidad. Pero si
vas más allá, pienso: "qué es el deseo relacionado con el amor?". Y me
digo: "El amor es el hábito del deseo" (¿Comprende la filosofía?). Por lo tanto, ¿el deseo
desaparece? No lo sé, depende de cada persona, de cada relación. Pero
también creo que el deseo puede mutar en otros estados, y creo que la
mutación más natural del deseo es el amor, convertido en este hábito del
deseo (¿Contradicción con el título del libro? A mí no me ha quedado claro si el deseo caduca, o sólo en estos cuentos, o depende de la persona, o si se transforma, como la energía. Para no decir nada, bonita, cállate la boca).
¿Los lectores se pueden sentir identificados con estos personajes?
Cuando escribes sí que hay una voluntad para que el lector se sienta
identificado con uno o varios personajes. Pero no es tan consciente (¿Voluntad inconsciente?).
Crear personajes es lo que más me gusta, sobre todo, los secundarios.
Por ejemplo, el personaje de El cojo, en el cuento de "El
consolador, la Mari y el cojo", es un señor que llega a una zapatería
del pueblo porque quiere un mocasín, pero sólo uno porque es cojo, y la
Mari le advierte que se pueden pasar media vida esperando para
encontrar una persona que quiera el otro par, y el cojo le dice que
quiere esperar... Este personaje me fascina. O también el personaje de
la vigilante que observa a la madre y a la niña que miran durante horas
este cuadro tan feo, en el cuento de "La Capel Family" (que es la historia central del libro y que le da sentido). Disfruto mucho imaginando estos personajes secundarios (¿Queda contestada tu pregunta?).
¿Es difícil llegar a conseguir la vida que nos gustaría vivir?
Sí, pero es como si la sociedad actual nos obligara a ser felices... y tampoco es esto (no problem, con los recortes, este tema está zanjado). No hay que ser nada, hay que SER (Hay que ser... ¿tonto?).
¿Qué consejo nos daría a todas las personas para aprovechar felizmente nuestra existencia?
Respirar y sonreír ante cualquier situación (sobretodo, respirar, no dejéis nunca de respirar, y profundamente, después de tanta estupidez junta).
Fin de la entrevista.
Para rematar, la portada del libro en catalán me ha recordado (por la tipología de letra) otro libro de una mujer (no me atrevo a poner "escritora" ni ningún otro apelativo, porque no sé lo que es) que me presentaron este verano, que tampoco hay por dónde cogerlo. Siendo un cuento ilustrado con muchos dibujos y casi nada de texto (eso sí, en castellano y en inglés, para hacer más bulto), fui incapaz de terminarlo. Pero es taaaaan cool...